Perros celosos con los bebés: consejos

¿Estáis esperando un bebé? ¿Cómo evitar que tu perro se ponga celoso? La llegada de un bebé es un acontecimiento feliz para una familia, pero ¿cómo reaccionará nuestro perro? Os hablamos ahora de los perros celosos con los bebés y consejos para evitar que se produzcan este tipo de situaciones.

Perros celosos con los bebés: consejos

Los perros viven en paz en la rutina por lo que la llegada de un recién nacido puede alterar esa rutina y hacer que cambie por completo su comportamiento haciendo que se sientan celosos frente a los bebés. Por ello es importante actuar a tiempo y preparar a nuestro querido amigo de cuatro patas para la llegada del bebé, de la misma manera que podríamos preparar a un niño o niña para la llegada de un hermanito.

Es del todo normal el hecho de que los perros pueden sentirse celosos de los bebés su relación privilegiada con su dueño se ve amenazada. Por ello, para evitar que esto suceda con la llegada del recién nacido, es útil implementar algunas estrategias:

Prepara al perro para la nueva rutina

Si crees que ya no podrás sacar a pasear a tu perro con la misma frecuencia que antes y quizás sea otra persona la que se va a encargar de sus paseos, debes acostumbrar a tu perro a estar con esa persona y que pasee con él o ella antes de que llegue el bebé. De esta forma tu fiel podrá acostumbrarse al nuevo humano que lo llevará a pasear y no atribuirá este cambio a la llegada del pequeño. Cuando el bebé llegue a tu vida, si puedes aumentar la frecuencia de los paseos o su duración, será un gesto de atención y cariño muy apreciado por tu perro.

Deja que el perro se familiarice con el nuevo entorno

Con la llegada de un bebé será necesario introducir cambios también en el hogar. Hazlo de forma paulatina y deja que tu perro huela todas las novedades, que las conozca y se acostumbre a la presencia de los nuevos objetos como la cuna, el cambiador, la ropa y todo lo que necesite.

Debes acostumbrarlo a los nuevos sonidos que invadirán la casa

Los perros tienen una audición muy desarrollada y aprenden sobre el mundo que los rodea también con sonidos y olores. Por tanto, es útil empezar a acostumbrarlos al bullicio natural de los niños. Llévalos a los pequeños jardines donde los niños juegan y chillan o también puedes ponerle grabaciones de llantos y risas de bebés y niños.

Acostúmbrale a los nuevos olores

Después del feliz acontecimiento del nacimiento, pero antes de que el bebé llegue a casa, acostumbra a tu perro a su olo.  Puedes hacer que alguien le lleve un body o una manta del recién nacido que tendrá que dejar en su perrera o en sus espacios favoritos, para que reconozca el olor cuando llegue el bebé.

Una vez que llegues a casa con tu bebé, deja que tu mascota lo conozca. Presta mucha atención al comportamiento de tu perro, ¡no lo fuerces! Si es impetuoso, quizás porque es particularmente entusiasta, protege al bebé, enséñale a tu perro a ser delicado.

Otro comportamiento útil que podrías adoptar ya desde los primeros meses de embarazo es repasar algunas reglas de adiestramiento canino con tu amigo de cuatro patas: como no saltar sobre las personas cuando está entusiasmado (previniendo el riesgo de caídas de la futura madre y, posteriormente, de el niño) o obedecer si le llamas o le dices alguna orden.

Cómo fomentar la relación perro-bebé

Por otro lado, no dejes al perro solo con el bebé. Recuerda que los niños son impredecibles y pueden hacer movimientos bruscos o ruidos que asusten a tu perro que por miedo o por una reacción natural podría saltar para escapar del niño y hacerle daño por ejemplo.

Otra cosa que debemos hacer es involucrar al tu perro en la nueva dinámica de la casa, de modo que no lo tienes que ahuyentar en presencia de un niño. Al implementar conductas más rígidas hacia él en presencia del recién llegado, se corre el riesgo de reforzar en el perro el pensamiento “niño = menos afecto por mí”, llevándolo inevitablemente a los celos y conductas desagradables para todos los miembros de la familia.

Haz que tu perro perciba que el bebé es un miembro de la familia y como tal debe ser amado, cuidado y protegido incluso por tu peludo amigo, que no verá disminuir los gestos de cariño hacia él, pero en todo caso se verán incrementados con muchos mimos y largas caminatas. Si, a pesar de todo, tu perro presenta signos de malestar, contacta con tu veterinario que podrá aconsejarte sobre una terapia conductual adecuada.

Por último, pero no menos importante, cuando tu hijo sea un poco mayor, enséñale que los perros (y todos los demás animales) deben ser respetados y amados. Esto asegurará una convivencia apasionante y pacífica entre tu mascota y el niño.