Diccionario sobre la salud infantil. La T

Ayudar a todos esos padres que quieren velar en todo momento por la salud de sus hijos es lo que pretendemos hacer con nuestra serie titulada Diccionario sobre la salud infantil. Serie de artículos que hoy vamos a ampliar dando a conocer algunos términos que tienen la particularidad de comenzar con la letra T.

¿Preparado para tomar nota?

Terrores nocturnos

El primero de los términos que vamos a analizar es el de terrores nocturnos. Con este se hace referencia a un trastorno del sueño que no es una simple pesadilla, sino que va mucho más allá. Y es que el menor que lo sufre experimenta tanto miedo que no es capaz ni siquiera de reaccionar ante lo que es el consuelo que le pueden ofrecer sus padres en ese momento.

Durante la fase del sueño conocida como no REM, que se produce entre las dos y las tres horas posteriores a que el niño se vaya a dormir, es cuando se producen esos terrores. De los mismos hay que destacar además que tienen lugar como transición de una fase a otra del sueño y que se manifiestan a través de un ataque de miedo por parte del menor.

Una hiperactivación de lo que es el sistema nervioso central se considera que es la causa de estos terrores nocturnos, que llevarán a que el pequeño tenga el ritmo cardíaco acelerado. De la misma manera, sudará mucho, se agitará e incluso puede llegar a gritar.

Además de todo lo indicado hay que subrayar que no son frecuentes, que pueden afectar a niños de entre 4 a 12 años y que hay situaciones que los favorecen como una enfermedad o situación de estrés.

No entrañan ningún tipo de peligro y no requieren ponerse en manos de médicos. Solo si son demasiado habituales, habrá que recurrir al pediatra.

Test de Apgar

El segundo término importante de nuestro diccionario sobre la salud infantil es el que tienes ahora delante. Con el mismo se hace referencia a una prueba que se le realiza al recién nacido para comprobar que se encuentra en buen estado.

En el año 1953 se encuentra el origen de este test, creado por la pediatra Virginia Apgar. Exactamente consiste en analizar cinco parámetros del bebé: la respiración, el color de la piel, el tono muscular, el ritmo cardíaco y los reflejos. Parámetros que se medirán en dos ocasiones, nada más nacer y a los cinco minutos de la primera prueba, y que se puntuarán con notas del 0 al 2.

Si tras sumar los resultados, el pequeño tiene una nota de entre 7 a 10 puntos es que está bien. Si la puntuación está entre los 4 y los 6 puntos es que requiere tomar medidas. Y si la nota es igual o inferior a 3 se necesitará rápidamente respiración asistida para el pequeño así como las medidas que los médicos consideren necesarias.

Tétanos

En este diccionario no podía faltar tampoco este otro término que viene a hacer referencia a una enfermedad muy grave que es provocada por el bacilo tetánico, que responde al nombre de Clostridium tetani.

En el polvo de casa, en las heces de animales e incluso en el agua pueden encontrarse las esporas de este germen, que genera infecciones producidas por heridas al cortarse con un cristal, con clavos…

Espasmos musculares, rigidez o incluso dolores son algunos de los principales síntomas del tétanos. Con respecto a la misma hay que destacar que la principal medida de precaución que se puede llevar a cabo es la prevención mediante la correspondiente vacuna. No obstante, no hay que olvidar que ante una herida contundente hay que desinfectarla, lavarla bien y cuidar bien al pequeño.

En la actualidad, afortunadamente son bajos los riesgos de contraer esta patología que ahora nos ocupa.

Trisomía 21

Hablar de trisomía 21 es hacer referencia a lo que se conoce como Síndrome de Down. Recibe ese nombre porque se manifiesta a través de una alteración o anomalía en lo que es el cromosoma 21. Y eso hace que en lugar de tener dos “copias” cuente con tres.

Las personas que sufren esa situación se identifican por características físicas tales como extremidades cortas, ojos oblicuos, cara redondeada y una cabeza más pequeña.

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