Cómo prepararse para el primer vuelo con el bebé: consejos y recomendaciones

Viajar con un bebé puede ser una experiencia maravillosa, pero también un reto. Sobre todo si se trata del primer vuelo. ¿Qué hay que llevar? ¿Cómo evitar que el bebé llore o se maree? ¿Qué hacer si se pone enfermo o tiene miedo? Estas son algunas de las preguntas que pueden asaltar a los padres primerizos. Para ayudarte a disfrutar de tu viaje sin estrés, te damos algunos consejos y recomendaciones para prepararte para el primer vuelo con el bebé.

Consejos para el primer vuelo del bebé

Con el fin de que disfrutéis de unas buenas vacaciones y de que lleguéis a vuestro destino de forma tranquila, estas son algunas recomendaciones básicas para un primer vuelo con el bebé antes, durante y después del vuelo.

Antes del vuelo

• Elige un destino adecuado para el bebé. No todos los lugares son aptos para los más pequeños, sobre todo si tienen climas extremos, enfermedades endémicas o condiciones sanitarias precarias. Consulta con tu pediatra antes de decidir a dónde ir y qué vacunas o medicamentos necesita el bebé.
• Reserva con antelación tu billete y el del bebé. La mayoría de las aerolíneas permiten viajar con bebés de menos de dos años en brazos, pagando solo una tasa o un porcentaje del billete del adulto. Otras ofrecen la opción de reservar una cuna o un asiento especial para el bebé, con un coste adicional. Infórmate bien de las condiciones y requisitos de cada compañía antes de comprar tu billete.
• Prepara la documentación necesaria. El bebé necesita tener su propio pasaporte o documento de identidad, según el destino al que vayas. También puede necesitar un visado, una autorización de salida del país o un certificado médico. Asegúrate de tener toda la documentación en regla y a mano el día del vuelo.
• Haz una maleta ligera pero completa. No cargues con cosas innecesarias, pero tampoco te olvides de lo imprescindible. Lleva ropa cómoda y adecuada para el clima del destino, pañales, toallitas, cremas, biberones, leche, agua, comida, juguetes, mantas, chupetes y todo lo que el bebé pueda necesitar durante el viaje. Recuerda que hay restricciones para llevar líquidos y objetos punzantes en el equipaje de mano, así que consulta con la aerolínea qué puedes y qué no puedes llevar.
• Llega al aeropuerto con tiempo suficiente. Los trámites de facturación, seguridad y embarque pueden ser más lentos y complicados cuando viajas con un bebé. Por eso, es conveniente que llegues al aeropuerto con al menos dos horas de antelación al vuelo. Así podrás hacer todo con calma y sin prisas.

Durante el vuelo

• Elige un buen asiento. Si puedes elegir tu asiento al reservar el billete, opta por uno cerca de las ventanillas, los baños o las salidas de emergencia. Así tendrás más espacio y comodidad para ti y para el bebé. También puedes pedir a la tripulación que te cambie de asiento si hay alguno libre mejor.
• Alimenta al bebé durante el despegue y el aterrizaje. Estos son los momentos más críticos del vuelo, ya que los cambios de presión pueden afectar al oído del bebé y causarle dolor o molestias. Para evitarlo, lo mejor es que le des el pecho, el biberón o el chupete durante el despegue y el aterrizaje. Así ayudarás a que su oído se equilibre y se relaje.
• Mantén al bebé hidratado y abrigado. El aire acondicionado del avión puede resecar la piel y las mucosas del bebé, así como provocarle frío. Por eso, es importante que le ofrezcas agua con frecuencia y que le pongas ropa abrigada pero transpirable.
• Cámbiale el pañal cuando sea necesario. A nadie le gusta estar sucio o mojado, y menos a un bebé. Por eso, es conveniente que le cambies el pañal cada vez que lo necesite, usando los cambiadores que hay en los baños del avión o en tu propio asiento, con cuidado y discreción.
• Juega y distrae al bebé. Un vuelo puede ser muy aburrido para un bebé, sobre todo si es largo. Por eso, es bueno que le lleves juguetes, cuentos, música o lo que sea que le entretenga y le haga feliz. También puedes pasear con él por el pasillo, hablarle, cantarle o hacerle cosquillas. Lo importante es que se sienta cómodo y seguro.

Después del vuelo

• Adapta al bebé al nuevo horario. Si has viajado a un lugar con una diferencia horaria significativa, es posible que el bebé sufra jet lag o desajuste horario. Esto puede afectar a su sueño, su apetito y su estado de ánimo. Para evitarlo, lo mejor es que adaptes al bebé al nuevo horario lo antes posible, siguiendo sus rutinas habituales de alimentación, baño y sueño.
• Vigila la salud del bebé. Es normal que el bebé pueda tener algún malestar o síntoma después de un vuelo, como congestión nasal, tos, diarrea o fiebre. En la mayoría de los casos, se trata de reacciones leves y pasajeras que se pueden tratar con medicamentos o remedios caseros. Sin embargo, si el bebé presenta algún signo de gravedad, como dificultad para respirar, vómitos persistentes, erupciones cutáneas o convulsiones, debes acudir al médico de inmediato.
• Disfruta del viaje con el bebé. Viajar con un bebé puede ser una aventura maravillosa, llena de descubrimientos, emociones y recuerdos. No dejes que los posibles inconvenientes te impidan disfrutar de esta experiencia única. El bebé te lo agradecerá y tú también.