Cómo hacer cuando el bebé no puede hacer caca

El tema de las evacuaciones del bebé es algo que siempre preocupa a los padres y madres y más cuando el pequeño no mancha el pañal como de costumbre o de repente tiene estreñimiento. Un problema que puede alarmar a papá y mamá pero que puede ser algo de lo más normal, por lo que analizamos ahora las causas y qué hacer cuando el bebé no puede hacer caca.

Cómo hacer cuando el bebé no puede hacer caca

El estreñimiento es un retraso en la evacuación de las heces, que permanecen más tiempo del necesario en el colon. La primera razón entonces para que el bebé no haga cacapuede ser bastante simple: un colon perezoso que tarda mucho en funcionar. También puede ser una leche no apta para recién nacidos (demasiado dulce por ejemplo), o en el momento del destete, una dieta demasiado baja en grasas buenas, celulosas y fibras.

También puede haber una pequeña resistencia por tener tal vez, una pequeña lesión anal, que hará que el niño se abstenga voluntariamente de defecar por miedo al dolor. Por otro lado, es posible que este problema también ocurra cuando el niño aprende a ir al baño , dado que debe acostumbrarse a una nueva manera de hacer sus cosas y puede que le de «miedo» o cierto temor hacérselo encima. En la mayoría de los casos (95%), entonces hablamos de estreñimiento funcional , es decir que no está ligado a una enfermedad.

¿Cuándo hay que preocuparse si el bebé no hace caca?

Por lo general, un bebé amamantado defeca con cada toma. Pero debemos tener cuidado con el » falso estreñimiento «: algunos bebés amamantados no defecan, consumen la leche materna en su totalidad y no hay residuos (por lo que no hay nada que expulsar). Puede parecer preocupante, pero es normal. Un bebé que toma el biberón expulsa sus heces cada 1 o 2 días, hasta 3 días, tan pronto como sale de la sala de maternidad. Entonces, en resumen, podemos comenzar a preocuparnos después de 4.5 días para un bebé amamantado y después de 3-4 días para un bebé alimentado con biberón. En ambos casos, el bebé llorará, sentirá malestar, tal vez incluso dolor. Para un niño más grande, que puede expresar lo que siente, esperamos 48 horas, 3 días, si además se queja de dolor de estómago.

Lo mismo ocurre con las heces en sí, nos preguntamos si son normales, del color adecuado, de la consistencia adecuada. Las heces de un bebé amamantado son amarillentas, un poco como «huevos revueltos», y las de un bebé que toma biberón tienen heces  más moldeadas y más pastosas, parduscas, un poco verdosas. Son las heces blancas los que deben alarmar a los padres. También puede aparecer un hilo de sangre en las heces de un bebé muy estreñido, posiblemente por una pequeña grieta. No importa, pero aún así debe señalarse.

¿Qué debemos hacer?

… O sobre todo qué no debemos hacer : querer obligar al niño a defecar, estimulándole el ano con un termómetro. Por otro lado, lo que sí que podemos hacer en el caso de que estemos dando el pecho, será beber  mucha agua y jugos de frutas frescas, como jugo de naranja, que ayudarán a que el bebé vuelva a hacer caca. Para quienes alimentan con biberón, es mejor consultar al médico. Es él quien adaptará, modificará, la fórmula según las necesidades del bebé.

Los masajes pueden ser también un buen remedio para estimular que el bebé pueda hacer caca. Tan solo debes masajear un poco la barriga, con movimientos suaves y circulares (no hace falta mucho rato tan solo 1-2 minutos), o también tumbar al bebé boca arriba, cogerle las rodillas y llevar estas suavemente hacia la barriga , aguantamos un segundo y volvemos a bajar las piernas.

Ir a defecar es un reflejo condicionado, de modo que cuando el bebé crezca y comience a ir solo al baño, les podemos pedirles que vayan a hacer caca a una hora determinada, todos los días. Lo mejor, para un niño de 3 o 4 años, es cuando sale del colegio al final del día (porque por la mañana siempre iremos con prisas, y al mediodía es más difícil con el comedor o las actividades escolares después de comer).

También puedes darle agua rica en magnesio en caso de que ya esté en la fase de destete, pero de forma moderada, porque este tipo de agua está muy mineralizada.

Cambiar algunos hábitos alimentarios también puede ayudar a desbloquear la situación: durante las comidas, más grasas, menos alimentos con almidón y más alimentos ricos en fibra (cereales, verduras, frutas, etc.). Si después de todo eso no funciona, el médico le recetará un enema, un supositorio de glicerina o laxantes.