Alimentación Infantil

Cómo conseguir que el niño quiera quedarse en el comedor escolar

Claves y pautas para conseguir que el niño quiera quedarse en el comedor escolar. Descubre qué podemos hacer para que el niño vea el comedor como un sitio en el que se va a poder alimentar y divertirse con sus compañeros.

comedor escolar
Descubre las claves para conseguir que el niño quiera quedarse en el comedor escolar

Quedarse al comedor escolar es algo que hacen muchos niños de todas las edades, pero puede que tras periodos vacacionales (como ahora tras la Navidad) o cuando los niños son pequeños, nos cueste un poco convencerles para que deseen comer en la escuela. Veamos ahora las claves para conseguir que el niño quiera quedarse en el comedor escolar.

Lo cierto es que visto desde la perspectiva de un padre o de una madre que trabajan en jornadas completas, el comedor escolar es la mejor solución para que los niños puedan comer una dieta sana y equilibrada sin la necesidad de tener que cambiar la rutina hasta la salida del colegio. El problema está cuando los niños son muy pequeños y todavía no están acostumbrados, o cuando el niño o niña no desea precisamente volver a una rutina escolar que ya estaba establecida pero que se ha roto por «culpa» de las vacaciones.

Cómo conseguir que el niño quiera quedarse en el comedor escolar

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A esos problemas podemos sumar otros, ya que son muchos los niños que se niegan a probar determinados alimentos, en especial frutas y verduras, y claro en el comedor escolar van a poder comer de todo. Es por ello que suelen enfadarse o incluso llorar antes de ir al colegio, pensando en lo que van a comer a mediodía, pero nosotros como padres debemos calmarlos y hacerles ver lo bueno que tiene poder comer en el colegio.

Una de las primeras cosas que podemos hacer entonces, es explicarle al niño (en especial si es «primerizo» en lo que respecta a comer fuera de casa), que va a poder estar más tiempo con sus amigos de la escuela y que además se va a divertir más ya que tras el comedor, podrá pasar un rato en el patio jugando, o realizando otras actividades hasta que se retomen las clases.

Por otro lado, es importante que nosotros desde casa procuremos una alimentación que si bien no tiene porqué ser el mismo menú que el del comedor, sí que es mejor que sea lo más variada posible. De este modo, podemos acostumbrarnos a preparar todo tipo de platos para la cena alternando la carne con pescado y legumbres, de modo que el niño pueda ver que la variedad está tanto dentro como fuera de casa y no acostumbrarle a que solo cene lo que le gusta.

Tampoco llenemos al niño con pastas o bocadillos grandes a la hora de la merienda porque en el comedor no haya querido comer. Desde pequeños, los niños tienen que acostumbrarse a hacer un buen desayuno y una comida equilibrada, mientras que la merienda y cena debe ser más ligera. Si le damos una gran merienda y una gran cena, se acostumbrará a decir «no» al comedor escolar sabiendo que luego se va a poder «atiborrar» a comer en casa.

Por supuesto, por la noche debemos intentar además que se coma las verduras y frutas que no habrá comido en el almuerzo probando gradualmente una pequeña cantidad de alimentos y aumentando gradualmente las dosis. Lo normal es que la escuela nos presente un menú con los diferentes platos para que los padres sepan que han comido los niños al mediodía y de este modo compensar la noche con lo que no comieron en la mañana.

En cualquier caso, es bueno explicarle al niño, de manera silenciosa y sin transmitir preocupación, que tiene que alimentarse en la escuela, de lo contrario, la mente y el cuerpo no pueden recargarse después de las horas dedicadas al compromiso escuela y porqué además si no se termina la comida no le dejarán salir a jugar con sus compañeros.

Por último podemos hacer algo que aunque no lo parezca funciona bastante bien para motivar a que el niño se quiera quedar al comedor. Por un lado, y para niños primerizos, es mejor dejarles solo algunos días al principio para que se vaya acostumbrando (quizás elegir los días en los que sepamos que el menú le va a gustar), y por otro lado, y para niños que deben quedarse todo el curso, podemos marcar los días del menú en los que aparecen los alimentos que le gustan al niño. De este modo se podrá motivar para que llegue el día en el que por fin va a comer esos macarrones que tanto desea, dejando pasar el resto de días sin que apenas lo note.

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