Educación

Mamitis: claves para solucionarla en los bebés

Con paciencia, calma y propiciando que se relacione más con papá y otras figuras adultas de confianza es como podremos "curar" la mamitis del bebé.

mamitis
Cómo evitar el apego excesivo del bebé hacia la madre
Blanca Espada

La «mamitis» o el apego excesivo a la madre es algo que sufren muchos bebés, a raíz no solo del vinculo que se establece entre madre e hijo desde el embarazo y luego el nacimiento. En aquellos casos en los que la madre ha pasado un mayor tiempo con el bebé que el padre, es normal que el bebé acabe desarrollando cierta dependencia que por otro lado es mejor controlar para que no se convierta en algo que puede hacer que el bebé lo pase mal o sufra incluso de ansiedad cuando se inicia la etapa escolar. Veamos entonces las claves para solucionar la mamitis de los bebés.

Mamitis: claves para solucionarla en los bebés

En lugar de querer explorar el mundo y conocer su entorno de una manera cada vez más autónoma e independiente, en parte gracias al apoyo y la ayuda de varias figuras parentales y relacionales cercanas con las que construyen una sólida relación de confianza, puede darse el caso de que los niños permanezcan fuertemente vinculados solo a la figura materna. Es entonces cuando se produce la llamada «mamitis» que suele presentarse en el período comprendido entre los 10 y los 18 meses, pero que también se puede producir en diferentes fases y con diferentes grados incluso entre los 2 y 3 años. Mucho más preocupantes es cuando la dependencia materna alcanza la edad de los 5-6 años.

En esta fase, es natural que los bebés conozcan gente nueva y se relacionen con el mundo que los rodea . Desafortunadamente, en el caso de los bebés que tienen «mamitis», solo querrán avanzar en cada paso de exploración junto a la madre y se negarán en todo momento a que sean otras personas las que le «muestren» el mundo alrededor. Por ejemplo, se negará a que papá le vista, a quedarse con los abuelos o no querrá ir a la guardería llegando incluso a sufrir ansiedad por separación de la madre.

¿A qué viene este apego exclusivo?

En general, muy a menudo es una fase pasajera por la que atraviesan todos los bebés. Claramente, dependiendo de los casos individuales, podemos hablar de situaciones normales u otras más problemáticas y difíciles de gestionar y resolver.

Pero todos los niños en su habitual camino evolutivo de crecimiento se enfrentarán a un momento de exclusivismo, por así decirlo natural, quizás también debido a momentos de regresión en los que el contacto con el mundo exterior los asusta y perturba. Por tanto, los bebes necesitan un mano que tomar y con la que orientarse en la realidad que se encuentran frente a ellos.

Por otro lado, se pueden dar enfermedades o formas de celos excesivos hacia quizás un hermanito o hermana que llega o acaba de llegar, los que acaben siendo el detonante de formas más o menos intensas de «mamitis».

¿Cómo intervenir? ¿Qué hacer?

No existe una receta única para que un bebé se cure de la mamitis. En general, es necesario tener en cuenta que estas son fases por las que todo bebé debe atravesar en su proceso de crecimiento y que por tanto en la mayoría de los casos son episodios limitados y pasajeros que desaparecen rápidamente de forma natural.

Sin embargo, es necesario favorecer el desarrollo interior del niño, es decir, ayudar al niño a tener confianza con el mundo que lo rodea y, en consecuencia, en sí mismo.

Por otro lado, se vuelve de fundamental importancia actuar con paciencia y cautela, tratando de incentivar e incrementar los momentos en los que el niño pasa tiempo con su padre, abuelos u otras figuras adultas de confianza con las que podrá construir un vínculo relacional sólido. Jugar juntos, compartir actividades y pasar cada vez más tiempo en la rutina diaria normal con el niño ayuda a otras figuras adultas distintas de la madre a entrar en contacto directo e íntimo con el niño. También es fundamental seguir hablando con el niño y mostrarle la cercanía constante de las figuras que lo rodean.

¿Qué no debemos hacer?

Hemos visto cómo el cariño y la paciencia son los ingredientes decisivos para interactuar mejor con un bebé y ayudarlo a desprenderse poco a poco de la figura materna en solitario. En cambio, sería un error considerar estas fases como conscientes y meditadas por el niño. Claramente, estos no son momentos fáciles para ninguna de las figuras involucradas, en primer lugar el padre que podría sentirse rechazado y descartado. Sin embargo, debemos tener en cuenta que se trata de una fase normal de transición evolutiva, y la actitud del niño no es un rechazo voluntario y consciente de las demás personas de su vida. Las actitudes comprensivas y constructivas deben reemplazar siempre la decepción, el descontento o la hostilidad hacia el bebé.

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