Lactancia materna

Beneficios de la lactancia materna en la salud bucodental del bebé

La lactancia materna puede ayudar en la salud bucodental del bebé al aportar una forma perfecta del paladar duro y una alineación adecuada de los dientes cuando salgan.

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De qué manera la lactancia ayuda en el desarrollo de los dientes del bebé
Blanca Espada

La investigación científica designa desde hace décadas, la lactancia materna como el método superior de alimentación infantil: los beneficios nutricionales, inmunológicos, psicológicos y generales que confiere a la salud del bebé se han documentado durante años, pero además, tenemos que señalar otro beneficio notable de la lactancia materna exclusiva: los efectos positivos en la salud y el desarrollo de la cavidad bucodental del bebé.

Beneficios de la lactancia materna en la salud bucodental del bebé

La leche materna es rica en anticuerpos y proteínas (como inmunoglobulina o lactoferrina) que inhiben el desarrollo de la bacterias; además está compuesta por minerales como el calcio y el fósforo que, junto con la caseína, ayudan en la salud de bucodental del bebé ya que intervienen en la remineralización de los dientes. Por otro lado, la lactosa presente en la leche materna no es cariogénica  o no tanto, como la sacarosa que se suele agregar a la leche en la fórmula.

El otro beneficio está relacionado con el desarrollo del arco y la alineación dental.

Durante la lactancia materna se establece que el labio del bebe se coloque como si fuera una cierre hermético para poder recibir sin problema la leche del pecho de la madre. En particular, los labios del bebé rodean el tejido areolar, la succión crea el sello, llevando el pezón y el área areolar a la unión entre los paladares duros y blandos del bebé, la lengua se utiliza como bomba peristáltica para comprimir tanto el pezón como la zona areolar contra el paladar. La leche es empujada por la misma acción peristáltica de la lengua hacia la garganta, para ser tragada.

La forma del pezón cambia tanto en relación con la estructura de la boca del bebé como durante las distintas etapas de la succión, incluidas las pausas. Esta adaptabilidad del pezón favorece no solo el desarrollo mandibular ya que favorece el excelente equilibrio de las fuerzas ejercidas por la musculatura masticatoria y la musculatura perioral, sino también la correcta conformación del paladar duro, que asumiendo una forma de U redondeada, puede acomodar correctamente el futuro los dientes, reduciendo la incidencia de maloclusiones. Una buena forma del paladar y la constitución de un buen sellado labial anterior favorecen el correcto desarrollo de las vías respiratorias y la respiración nasal fisiológica.

¿Qué ocurre con la lactancia materna artificial o con biberón?

En cambio, durante la alimentación con biberón, la lengua del bebé actúa como un pistón, apretando la tetina y manteniendo su punta presionada contra el orificio, para interrumpir el flujo continuo y abundante de leche.

Esta actividad antinatural de la lengua se llama «empuje lingual». Además, las tetinas artificiales, aunque tienen una forma ideal, están hechas de materiales más duros que el pezón y, durante las fases inactivas de la nutrición, empujan hacia abajo la lengua del bebé. La acción muscular necesaria para succionar del biberón es, por tanto, más potente, provocando la retracción de las mejillas y ejerciendo una presión desfavorable sobre las estructuras óseas, sobre las apófisis alveolares y consecuentemente sobre los dientes.

Esta fuerza de compresión lateral podría hacer que el paladar asumiera una conformación en V, lo que podría hacer que tras salirle los dientes, el bebé tenga una mordida cruzada posterior, así como un aumento de la distancia entre las arcadas dentarias.

Además, se crea el requisito previo para la erupción de una dentición desalineada debido a la falta de espacio resultante. Desde un punto de vista funcional, la constitución de una bóveda palatina alta y puntiaguda, en conjunto con una mordida abierta anterior, reduce seriamente la eficiencia respiratoria porque se reduce el espacio disponible para el paso del aire, creando las condiciones para el establecimiento de respiración oral fisiológica con el consiguiente aumento de la posibilidad de broncopatías obstructivas nocturnas y apneas.

Síndrome del biberón

Por otro lado, durante el periodo de lactancia (normalmente artificial), algunos bebés sufren el llamado «síndrome de caries» que no es más que la aparición de caries que afecta a los dientes frontales. Ocurre cuando se colocan sustancias azucaradas en el biberón, especialmente si el bebé se duerme. La leche también contiene azúcar (lactosa) incluso si no se agrega. Lo mismo ocurre con los jugos de frutas (la fruta contiene fructosa) o los gránulos de manzanilla. En cuanto a la leche materna, no existe evidencia científica de que sea cariogénica.

Independientemente del tipo de lactancia que elijas, recuerda limpiar los dientes de tus hijos tan pronto como comiencen a salirle (y con un dedo envuelto en una gasa humedecida en agua le puedes limpiar las encías tras la lactancia) y tener la primera visita a partir de los 2 años.

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