Ablactación, cuando tu bebé necesita comer alimentos sólidos
Si vas a ser mamá o si ya lo eres pero llevas poco tiempo desarrollando ese rol, te interesará conocer la existencia de lo que se conoce como ablactación. Este es un término que se utiliza para indicar la introducción de alimentos semisólidos y sólidos en la dieta de tu bebé. Un paso importante en la vida de tu hijo, pues indicará que es el momento en el que tiene dejar la exclusividad de la leche materna y decantarse por otros productos que le ayuden en su crecimiento y desarrollo.
Para que entiendas en profundidad en qué consiste o cómo tiene que llevarse a cabo, a continuación desde BabyAffinity te mostramos algunos datos de interés.
Ponerse en marcha
Una de las dudas más frecuentes que tienen los padres respecto a la ablactación es la de cuándo ponerla en marcha. Pues bien, en este sentido, los médicos y expertos recomiendan empezar cuando el bebé tiene entre cinco y seis meses de vida, pues antes su sistema digestivo no está preparado para tolerar otro tipo de alimentos que no sea la leche. No obstante, hay que saber que eso puede ser un poco antes o un poco después en cada niño, pues tiene ritmos diferentes. Por eso, es recomendable tener en cuenta que existen una serie de señales que indican que el bebé está preparado para dar el paso:
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Ha dejado de ganar peso.
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Cuenta con más hambre de lo que venía siendo normal.
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Cuando tiene cerca comida se pone muy nervioso.
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Por las noches se despierta con mucha más frecuencia, lo que puede ocurrir debido al hambre.
Paciencia
Desde el primer momento que se toma la decisión de poner en marcha la citada ablactación es necesario que los padres sean conscientes de que, por regla general, no suele ser un proceso muy sencillo. Y es que a los niños les cuesta comenzar a tomar otros alimentos, pues llevan mucho tiempo habituados a la leche. Por eso, es necesario que los adultos se armen de paciencia y no desesperen, ya que si lo hacen estarían favoreciendo que sus hijos pusieran más trabas al proceso.
Consejos
Además de conocer cómo y cuándo debe afrontarse ese paso trascendental en la vida alimentaria del bebé, es importante tener en cuenta ciertos consejos. Se trata de recomendaciones que ayudarán a favorecer y facilitar el mismo:
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Se debe comenzar dándole papillas o purés de frutas, que tienen un buen sabor y una textura fácilmente digerible para el niño.
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Los expertos indican que se debe empezar ese cambio dándole al menos una vez al día varias cucharadas de un puré o papilla. Así se irá acostumbrando poco a poco.
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Hasta que el pequeño no cumpla su primer año no se le deben dar ni huevo ni leche de vaca ni nueces. ¿Por qué? Porque se trata de productos que suelen producir alergias.
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En el caso de que se tengan dudas acerca de la reacción que un alimento genera en el niño, hay que acudir al pediatra.