Ventajas de la epidural durante el parto
La mayoría de las embarazadas, especialmente cuando se acerca el parto, tienen una palabra en su mente: epidural. Y es que tienen claro que quieren que se les inyecte, llegado el momento, esa anestesia para sufrir los menos dolores posibles.
Esta es de tipo local y se administra, mediante el correspondiente catéter, en la zona lumbar, en la llamada área epidural. De esta manera, se consigue eliminar lo que es el dolor de las consabidas contracciones que se producen durante el alumbramiento.
Ventajas de la epidural
Muchas son las opiniones a favor y en contra de este anestésico. Sin embargo, en este caso, queremos centrarnos en sus ventajas:
- Su principal beneficio, como ya hemos mencionado, es que alivia de manera notable los dolores que experimenta la madre.
- Se convierte en una herramienta muy útil para las mujeres embarazadas que sufren diabetes. Y es que no tendrán que hacer frente a descompensaciones de glucosa o insulina.
- En los casos en los que tenga que llevarse a cabo una cesárea, permite que la mujer pueda participar más activamente en el nacimiento de su hijo.
- Hay que destacar que en los partos donde se tenga que recurrir a fórceps o sistemas similares la epidural actúa por sí sola. Es decir, no se necesitará tener que inyectar otro anestésico.
- Las parturientas que sufran algún tipo de enfermedad o afección cardíaca o pulmonar también se verán beneficiadas. ¿Por qué? Porque esta anestesia permite que los pulmones trabajen mucho mejor.
- Asimismo mantiene bajo control lo que es la tensión arterial, evitando que se produzcan subidas peligrosas para la mujer.
Estas son las principales ventajas que trae consigo el uso de la epidural en el parto. De ahí que numerosas sean las embarazadas que tomen la decisión, desde el primer momento, de que se les inyecte para aprovechar esos beneficios.