Vox denuncia la «hipocresía, el sectarismo y la irresponsabilidad» de los antituristas de Mallorca
"Los que claman contra el turismo son los que viven de los impuestos que genera"
"Que empiecen por renunciar a todas las subvenciones y privilegios que disfrutan"


El grupo insular de Vox en el Consell de Mallorca ha condenado «enérgicamente» la última ofensiva de grupos radicales contra el turismo, tras la carta firmada por siete entidades locales en la que se ataca de manera injustificada a un sector clave para la economía y el bienestar de los mallorquines.
En esa misiva, firmada por SOS Residents, Menys Turisme Més vida, el GOB, GADMA. Grup Amics de la Terra Mallorca, Alternativa per Pollença, Brunzit y Amics de la Vall de Coanegra, afines todos la izquierda que ha gobernado Baleares durante las dos pasadas legislaturas y que nunca firmaron un manifiesto de este alcance durante esos ocho años, estas entidades advierten que «es hora de dar un paso al frente», porque el turismo es «la fuente de nuestro problema».
El portavoz adjunto de Vox en el Consell, David Gil, ha denunciado la postura de estos colectivos, calificándola de «un ejercicio de hipocresía e irresponsabilidad que solo busca demonizar al turismo y generar un clima de rechazo hacia quienes nos visitan».
«Los mismos que hoy claman contra el turismo son los que viven de los impuestos que genera, los que disfrutan de infraestructuras financiadas con los ingresos que deja en nuestra isla y los que jamás aportan una solución real a los problemas de Mallorca», ha señalado Gil.
«Se llenan la boca de ecologismo y justicia social mientras hacen campaña para arruinar la principal fuente de empleo de nuestra tierra».
Desde Vox defendemos un turismo sostenible, ordenado y que respete la identidad de Mallorca, pero no aceptamos ataques infundados ni discursos de odio disfrazados de falso progresismo. «Si quieren cerrar Mallorca al turismo, que empiecen por renunciar a todas las subvenciones y privilegios que disfrutan gracias a él», ha añadido Gil.
Vox ha reafirmado su compromiso con un modelo turístico que beneficie a los mallorquines sin caer en extremismos ni en la política del resentimiento. Mallorca es tierra de acogida, pero no de sectarismo ni de campañas destructivas contra el motor de su economía.
Las entidades firmantes de este manifiesto turismofóbico, han lamentado en la carta como se ha pasado de la Mallorca de los años 70, donde «la convivencia entre turistas y residentes mantenía un equilibrio», gracias, en su opinión, a que «una parte de la población trabajaba para ellos, pero existían otros sectores productivos», a la actual, que «se ha convertido en un destino turístico por excelencia».
«Se ha exprimido la isla hasta límites insospechados, hasta llegar al colapso que ahora mismo padecemos», han denunciado. «El dinero que mueve la industria turística ha atraído a personas que mercantilizan nuestra isla en todo el mundo; la avaricia y codicia de hoteleros, políticos, inversores inmobiliarios y «parásitos» de todo tipo nos han llevado a una situación de emergencia», han subrayado.
Como consecuencia de ello, las entidades ecologistas y contra la turistificación de Mallorca han señalado algunos de los «problemas» que sufren los residentes, entre los cuales han destacado el «deterioro del territorio y del ecosistema, problemas en las infraestructuras, servicios públicos saturados, dificultades en los desplazamientos, disminución de la calidad de vida, gentrificación, encarecimiento desproporcionado del coste de vida y total imposibilidad de acceso a la vivienda para la población local».
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