Entidades de izquierdas afines a Armengol a los turistas de Baleares: «¡No vengáis, quedaos en casa!»
Afirman que el turismo ya "no genera riqueza sino pobreza"
"La población está enfadada, no somos hospitalarios", advierten


Siete entidades ecologistas y contra la turistificación de Mallorca afines al anterior Govern presidido por la socialista Francina Armengol han firmado un manifiesto turismofóbico dirigido a los turistas que visitan Baleares con frases como «¡no vengais, quedaos en casa»!
Entre otras cuestiones acusan a los millones de turistas que visitan al año Baleares de ser la «fuente» del «problema» de los residentes y les piden que no vengan a la isla, puesto que Mallorca ya «no es el paraíso» que les venden, por que «se ha exprimido la isla hasta límites insospechados, hasta llegar al colapso que ahora mismo se padece», afirman.
La misiva, firmada por SOS Residents, Menys Turisme Més vida, el GOB, GADMA. Grup Amics de la Terra Mallorca, Alternativa per Pollença, Brunzit y Amics de la Vall de Coanegra, afines todos a los partidos de izquierda que ha gobernado Baleares durante las dos pasadas legislaturas, comienza con un «queridos turistas» y un recuerdo a la «larga tradición turística» de una isla, que ha «hecho historia en lo que respecta al turismo», lo cual «hasta hace poco, era un motivo de orgullo», y sin embargo, «ahora mismo se ha convertido en el mayor problema» de la misma.
En este sentido, las entidades firmantes han lamentado en la carta como se ha pasado de la Mallorca de los años 70, donde «la convivencia entre turistas y residentes mantenía un equilibrio», gracias, en su opinión, a que «una parte de la población trabajaba para ellos, pero existían otros sectores productivos», a la actual, que «se ha convertido en un destino turístico por excelencia».
«Se ha exprimido la isla hasta límites insospechados, hasta llegar al colapso que ahora mismo padecemos», han denunciado, cosa que en los pasados ocho años con el mismo número de turistas que ahora, excepto en los dos años de pandemia, jamás denunciaron.
«El dinero que mueve la industria turística ha atraído a personas que mercantilizan nuestra isla en todo el mundo; la avaricia y codicia de hoteleros, políticos, inversores inmobiliarios y «parásitos» de todo tipo nos han llevado a una situación de emergencia», han subrayado.
Como consecuencia de ello, las entidades ecologistas y contra la turistificación de Mallorca han señalado algunos de los «problemas» que sufren los residentes, entre los cuales han destacado el «deterioro del territorio y del ecosistema, problemas en las infraestructuras, servicios públicos saturados, dificultades en los desplazamientos, disminución de la calidad de vida, gentrificación, encarecimiento desproporcionado del coste de vida y total imposibilidad de acceso a la vivienda para la población local».
«Esto nunca había pasado en Mallorca y la sociedad civil ha salido a la calle. Nos hemos movilizado para exigir a nuestros políticos que regulen esta situación y eviten un desastre mayor», han recordado, lamentando que «sorprendentemente», éstos «en lugar de escuchar y tomar medidas para revertir este drama, niegan la realidad y siguen promocionando el turismo en los distintos mercados emisores consolidados, como la Feria de Berlín, además de crear nuevos».
«Su único objetivo es aumentar el número de visitantes y generar más dinero para una minoría en una isla totalmente sobresaturada», han criticado, aportando algunas cifras, basadas en datos publicados, para entender la magnitud del problema.
Así, por ejemplo, las entidades firmantes de la misiva han cargado contra que «si Mallorca fuera un estado independiente, sería el segundo en crecimiento absoluto en los últimos 40 años, con un 84% de aumento de población, solo superado por la India, con un 91%», o contra que «en los últimos 25 años, mientras el número de turistas ha aumentado más de un 30%, Baleares ha caído en el ranking de renta per cápita en Europa, pasando del puesto 48 al 148», lo cual evidencia que «más turismo ya no genera riqueza, sino pobreza».
Además, han reprochado que cada año, por cada habitante de las islas, se reciben 15 turistas (lo que significa que la presión humana se multiplica por 15 en el territorio ) y que «este es el tercer año consecutivo en el que se baten récords absolutos de visitantes en Mallorca». De hecho, «en 2024, el aeropuerto de Palma registró más de 33 millones de pasajeros, un 7% más que en 2023» y «para 2025 se espera un aumento del 6%». De igual modo, «el turismo de cruceros desembarcando en el Puerto de Palma también se prevé que aumente hasta llegar a 1,8 millones de pasajeros».
Por tanto, «es insultante que nuestros políticos utilicen el concepto de «sostenibilidad» cada vez que hablan de turismo, porque nada está más lejos de la realidad», han considerado así mismo.
«Los políticos nos dicen que quieren impulsar la desestacionalización de la oferta turística», han rememorado las entidades ecologistas y contra la turistificación de Mallorca, apuntando que «esto significaría reducir la afluencia de turistas en temporada alta, distribuyéndolos a lo largo del año». Sin embargo, han precisado, «lo que realmente están haciendo es exactamente lo contrario: mantener la ocupación al 100% en temporada alta y llenar Mallorca de turistas también el resto del año».
Así pues, «Mallorca no es el paraíso que os están vendiendo», han advertido a los turistas. «La población local está enfadada y ya no somos hospitalarios, porque están destruyendo la tierra que amamos y muchos residentes tienen que emigrar porque la isla es inhabitable», les han explicado. «¡Poneos en nuestro lugar!», les han instado.
Con estas palabras, las entidades firmantes de la carta han decidido que «es hora de dar un paso al frente», ya que, según han censurado, los gobernantes de la isla «no» les «escuchan», y pedir a los turistas lo siguiente: «No vengáis. No necesitamos más turistas; de hecho, sois la fuente de nuestro problema».
«Siempre hemos tratado bien a aquellos que han visitado nuestra isla con el respeto que ésta se merece», han reiterado, pero «en este momento, no nos queda más remedio que pedir vuestra comprensión y que entendáis que los mallorquines decimos basta». «¡Quedaos en casa!», concluye esta misiva remitida a los turistas.