Stultorum sunt

Cicerón dejó escrito stultorum sunt plena omnia, que significa todo está lleno de necios. No se va aquí a enmendar al clásico, pero ciertamente era y es hoy la abundancia de individuos que no se comportan con sensatez, o sea, stultorum, que traducido al román paladino significa tontos. Y de entre los necios destacan especialmente, cosa que en tiempos del autor de las Catilinarias aún no debían proliferar tanto, porque entre otras carencias no se habían inventado aún los espray, los que ensucian las paredes y que en su retraso dejan constancia de que nomina stultorum scribuntur ubique locoru, es decir, los nombres de los tontos están escritos en todos los sitios.
Y así es, en efecto. Porque de un tiempo a esta parte basta que un bobo estampe su firma en una pared para que al poco tiempo aparezcan en el mismo lugar cientos de firmas que sólo responden a una competición de insensatos cuando, si alguien con algo más de seso pretende adornar una pared, ahí tenemos a Banksy, el grafitero mejor y más famoso de este país, sólo pretende crear arte, ni más ni menos. Ejemplos los tenemos también en Palma, sin ir más lejos en la calle Jacinto Verdaguer.
Pero vayamos a lo que nos ocupa y preocupa. El Ayuntamiento de Palma acaba de aprobar, discutida y quizás también impugnada por una oposición desnortada, la Ordenanza Municipal para el Fomento de la Convivencia Cívica que, entre otras cosas, contempla un endurecimiento de las sanciones contra los autores de grafitis y las sanciones económicas, que se aplicarán según la gravedad de la infracción, podrán alcanzar los 3.000 euros. Esto es así porque el Ayuntamiento considera que las pintadas vandálicas de los grafiteros son, desde hace años, uno de los males endémicos que padece Palma, sin que nuestra ciudad constituya una excepción, dañando la imagen de Palma y deteriorando parte de su patrimonio histórico. Y ya comenzaba a ser buena hora de acabar con todo esto.
De otros aspectos de la ordenanza cívica ya se hablará, pero ciertamente los grafitis se habían convertido en una cuestión prioritaria e insoportable. Basta ver la zona de canavall, del centro de Palma, para avergonzarse y calibrar el número de stultorum que por allí discurre.
MARTES: LA MASIFICACIÓN. El pleno del Parlament rechazó una moción presentada por Unidas Podemos que instaba al Govern a declarar todos los municipios del archipiélago como zonas tensionadas. Y ahora qué. ¿Qué vamos a hacer si en efecto así fuera? Afortunadamente entre ficción y realidad media más de un paso y puestos a destrozar Mallorca, que sale gratis, no tiene la izquierda otras alternativas que distorsionar la realidad para no tener que admitir que durante las anteriores legislaturas de los socialistas y sus socios, y sus socios no se olvide, al frente del Ejecutivo autonómico crearon 115.000 plazas turísticas.
Pero aquí no termina la cosa y los de Més, otros que tal bailan, dicen que Palma se prepara para otra temporada récord acusando al Ayuntamiento y al alcalde de masificador cuando, oigan, los partidos del anterior gobierno municipal (PSOE, Més y Podemos) durante ocho años no pusieron coto, ni aprobaron medida alguna, contra la masificación turística.
Como alguien resumió acertadamente: gobiernan ocho años, no hacen nada, pierden las elecciones y vienen a pedirnos que hagamos lo que ustedes no hicieron. Así es por suerte o por desgracia. Según.