Primer enfrentamiento de parte de la afición con la propiedad americana

"Moviment sí, Alfonso no", pancarta mostrada hoy en el Consolat

Moviment se queja de que el club les abandonara en la organización de los viajes

La entidad defiende que no tienen ninguna responsabilidad en lo que pasó en el barco

afición
Pancarta mostrada hoy en el Consolat contra Alfonso Díaz.
Tomeu Maura

El Consolat de la Mar ha sido hoy testigo involuntario del primer enfrentamiento de parte de la afición con la propiedad americana. Una pancarta con la leyenda «Moviment sí, Alfonso no», referida al CEO de Negocio de la entidad, Alfonso Díaz, mostrada a la llegada de los jugadores a la recepción del Govern, ha sido el detonante de un descontento que lleva larvado desde hace tiempo. Moviment Mallorquinista, que fletó tres aviones y dos barcos para desplazar mallorquinistas a Sevilla, se queja de haber sido desatendido por el club, mientras que éste defiende que no tuvieron ninguna responsabilidad en los incidentes sucedidos en el viaje en barco, en el que muchos pasajeros se quedaron sin poder ni siquiera sentarse durante las siete horas que duró la travesía.

«Se han producido en el barco situaciones que son inadmisible y hay que depurar responsabilidades», ha dicho Alfonso Díaz ante de los periodistas tras la recepción, pero Moviment Mallorquinista asegura que el club les ha dejado «desamparados». Hoy mismo Sebastià Oliver, su portavoz, ha dicho en Onda Cero que «más que nunca el Mallorca necesita un presidente», reclamando la figura de un gestor institucional del que carece el club.

En realidad el descontento viene de atrás. Las relaciones entre Moviment Mallorquinista y Alfonso Díaz nunca han sido fluidas, y ese distanciamiento ha quedado muy patente en la organización del desplazamiento para la final de la Copa del Rey, en la que desde el primer momento cada uno fue por su cuenta. El colmo fue llegar ayer tras dos días infernales de viaje y comprobar que no había nadie en el club para recibirles, algo que no se había producido jamás en la historia del Mallorca, incluso antes de la existencia del antiguo estadio Lluís Sitjar. Esa fue la definitiva espoleta.

Otro punto de descontento de los aficionados ha sido el desigual reparto de entradas en el estadio. El Athletic de Bilbao copó más de las dos terceras partes del aforo, quedándose con prácticamente todo el taquillaje de la Federación Española de Fútbol pero, además, ocupando parte de la grada mallorquinista. En este sentido Díaz ha asegurado que «se abrirá una investigación y todos aquellos abonados que hayan vendido su entrada a un aficionado del Athletic serán expulsados del club».

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