Las normas de la casa de la FIFA

Las normas de la casa de la FIFA

Deben saber que el Comité que regula y modifica o no el reglamento del juego está constituido al cincuenta por cien exclusivamente por las cuatro federaciones británicas (Inglaterra, Escocia, Irlanda y País de Gales) y la otra mitad por la FIFA. Hace tiempo que me pregunto a qué se dedican en sus reuniones aparte de comer y beber bien, porque cada vez que cambian algo empeoran las normas. Lo peor es que la Asamblea Anual (IFAB) atiende, eso dicen, las sugerencias de la TAP y la FAT, donde se reúnen entrenadores por un lado y futbolistas por otro para asesorar sobre dichas reformas, lo que lo hace menos comprensible.

Hace tiempo que Arsene Wenger, quien fuera manager general del Arsenal, recomendó no señalar fuera de juego salvo que todo el cuerpo del jugador objeto del mismo sobrepasara al último defensor y no, al contrario de lo que ocurre aun en que la última falange de un dedo de su mano inhabilita su posición e incluso el cabello o la punta de la nariz. Parece increíble que tengan que discutir algo tan simple. Si para pitar penalti no basta que el atacante sobre pase la frontal con su testa mientras no toque la línea con los pies se supone que debería imperar el mismo criterio al «offside». La teoría en curso es que no puede estar adelantada ninguna parte del cuerpo con la que se pueda tocar el balón por lo tanto todo lo que sea poner por delante desde el dedo meñique a la clavícula no permite intervenir al VAR, sea automático o por las ganas de intervenir del aburrido que está delante de la pantalla.

Tampoco sé para qué sirven las reuniones de técnicos y capitanes con los árbitros y la falacia de la unificación de criterios. No se pita ningún pisotón igual, ni los codazos, la altura de las patadas, avanzar metros en los saques de banda o los ocho segundos del portero para reanudar el juego. Ser de un equipo u otro marca la diferencia. Ya puestos, que el árbitro de VOR no pueda intervenir en segundas tarjetas amarillas, como si todas ellas no comportaran una roja en la que, si es directa, sí pueden corregir a su colega de campo.

Creo que modifican el reglamento a boleo para hacernos creer que se preocupan o les preocupa otra cosa que no sea inventar campeonatos para recaudar más dinero. En la estupenda novela de John Irving «Las normas de la casa de la sidra», adaptada al cine por Lasse Hallstrom con Michael Caine y Charlize Theron, uno de los personajes lee las reglas que los recolectores de manzana tienen que observar en sus barracones. «Quien ha escrito estas normas, dice uno de ellos, nunca ha visto un manzano».

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