Los negocios amenazados por la ideología de Podemos

Un nubarrón se avecina a un nuevo sector en el punto de mira ideológico de los políticos de Podemos: los supermercados. Ya no sólo quieren controlar los precios de 100 productos de la cesta de la compra, sino que, además, amenazan con imponer un impuesto complementario a la gran distribución, como se ha hecho con eléctricas y bancos. Sus propios compañeros del gobierno han puesto de nuevo el grito en el cielo.

Todo esto no hace más que sumarse a otras imposiciones y/o ocurrencias que el partido violeta ha ido promoviendo sembrando el caos empresarial allá por donde toca: desde el sector cárnico español, el ganadero, el turismo, las bebidas energéticas… Tan solo estos últimos (turismo, alimentación y bebidas) supusieron el 15% del PIB nacional en el 2019.

Ni siquiera el sector olivarero que factura 4.000 millones de euros y genera 400.000 empleos, según datos de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador de Aceite de Oliva, se libra de estar amenazado por la nueva propuesta de etiquetado por parte del ministerio de Garzón.

Todas estas ocurrencias han estado basadas en «opiniones personales» de los líderes de Podemos que poco o nada tienen que ver con datos del sector, con visión de los expertos o con propuestas consensuadas por la patronal o los sindicatos.

Un ejemplo de todo esto es lo que está ocurriendo en el sector de los videojuegos

«Somos víctimas de una persecución. Estoy desconcertado por el anuncio del ministro. Nos pilla un poco de sorpresa, igual que lo de lanzar la consulta pública un sábado por la tarde» declaraba el director de la Asociación Española de Videojuegos (AEVI), José María Moreno, hace unas semanas.

«Todos hemos oído casos particulares de uso problemático de videojuegos en general, pero eso no implica que supongan un problema de salud global» declaraba Moreno ante el aumento en las prohibiciones y regulaciones en los videojuegos que lo quieren equiparar al sector del juego privado, que es sin duda el blanco de la mayoría de acciones de todos los políticos morados tanto a nivel nacional como a nivel regional.

¿Cuál es el motivo de esta desmedida e interesada insistencia en visibilizar una serie de problemáticas casi inexistentes para el conjunto de la sociedad española? ¿Por qué elevar a la categoría problemas de salud global lo que a todas luces no lo son? Desde las granjas a los videojuegos pasando por el aceite de oliva o el jamón. Sin duda, los intereses partidistas pesan más que los sociales.