Condenan a un año y once meses de prisión al dueño de Cárnicas Vicente por vender carne caducada
Tendrá que pagar 120.000 euros a la Conselleria de Salud por los gastos de la destrucción de la mercancía
Otros 80.000 euros adicionales a una empresa a la que no pagó las facturas que le correspondían
Ha sido inhabilitado 4 años para cualquier profesión relacionada con la venta de alimentos
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma ha condenado a un año y once meses de prisión al dueño de la empresa Cárnicas Vicente como autor del delito contra la salud pública del que estaba acusado.
El hombre, que vendió durante años carne caducada desde la mercantil de la que era administrador, radicada en Marratxí (Mallorca), también ha sido condenado al pago de 120.000 euros a la Conselleria de Salud, por los gastos derivados de la destrucción de la mercancía en mal estado, y de 80.000 euros a una empresa a la que no pagó las facturas que le correspondían.
Además, según la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el responsable de Cárnicas Vicente ha sido inhabilitado para el ejercicio de cualquier profesión relacionada con la venta de alimentos por un periodo de cuatro años. La pena es ligeramente inferior a la que inicialmente solicitó la Fiscalía, que era de dos años de cárcel.
La Audiencia de Palma también ha condenado a la mercantil Productos Cárnicos Mallorca, por el mismo delito, al pago de una multa de 18 meses, a razón de 18 euros diarios. Sin embargo, el representante legal de la empresa, quien también estaba acusado, ha resultado absuelto al considerar que no tenía conocimiento de la mala praxis que se estaba cometiendo.
En el fallo, los miembros del tribunal han considerado probado que entre 2013 y 2018 el ahora condenado, siendo consciente del riesgo que ello suponía para la salud de los consumidores y asumiendo ese riesgo, cometió varias irregularidades en el tratamiento de la carne que vendía.
Entre otras cosas, la descongelaba en cubetas de agua caliente, sustituía las etiquetas de productos caducados por otras con una fecha de consumo preferente posterior, adquiría mercancía entre uno y tres días antes de que caducara y conservaba otra que llevaba años con la fecha de caducidad superada o en estado de putrefacción, entre otras cosas.
La empresa, según la sentencia, tampoco cumplía con las normas básicas de higiene y se preparaban los pedidos en una zona que no disponía de equipo de frío que garantizara las temperaturas adecuadas para la conservación de la carne. También llevaba a cabo actividades para las que no estaba autorizada, como la congelación de productos como lácteos y de pesca, el reenvasado de carne cocinada o el loncheado de embutidos y quesos.
Después de que la Conselleria de Salud realizara varias inspecciones en 2018 y levantara siete actas se ordenó la suspensión de la actividad de Cárnicas Vicente y la inmovilización y posterior destrucción de todo el género que tuviera etiquetas modificadas.
Durante el juicio, el administrador de la empresa, fundada en 2011, negó haber vendido alimentos adulterados o caducados y defendió las prácticas de congelación que llevaba a cabo. «Ahora mismo puede acudir al supermercado y comprar carne que caduca hoy mismo, congelarla y alargar su vida útil», esgrimió.
También testificaron los investigadores que llevaron a cabo la conocida como operación Biltong, en la que se intervinieron toneladas de carne en mal estado y se detuvieron a tres personas. Según uno de los agentes, se encontraron montones de palés de carne congelada con moho cuyo olor era «muy fuerte».
Por su parte, una de la jefa del servicio de Seguridad Alimentaria de la Conselleria detalló algunas de las irregularidades que se detectaron en las inspecciones y que les llevaron a determinar que la comercialización de la carne suponía un peligro para la salud pública.