exclusión social

El concejal Jarabo de Podemos Palma expulsa a los jóvenes de 12 y 13 años de los centros juveniles

Jarabo Podemos centros juveniles
Centro juvenil Migjorn en el barrio del Rafal en Palma.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El concejal concejal de Justicia Social, Feminismo y LGTBI, Alberto Jarabo, del Ayuntamiento de Palma, cuyo gobierno declaró a la capital balear ciudad amiga de la infancia y que tiene entre sus competencias la gestión de las políticas de Juventud y de los casals y centros juveniles, ha prohibido la entrada, desde el pasado uno de septiembre, a los jóvenes de entre 12 y 13 años. Desde primeros de mes no pueden acceder a estos cinco centros lúdicos ubicados en diferentes barrios de la capital balear.

Unos espacios municipales para jóvenes, gestionados por un concesionario privado a las órdenes de Jarabo, cuya Concejalía ha tomado esta polémica decisión que contraviene los términos y cláusulas del contrato de adjudicación de los mismos, y que afecta a un gran número de niños en grave riesgo de exclusión social por la ubicación de estos centros en barrios especialmente desfavorecidos.

Ante esta decisión unilateral del gobierno de coalición de socialistas, independentistas de Més y Podemos, un grupo de chavales del barrio palmesano del Puig de Sant Pere, ha iniciado una campaña de recogida de firmas en la plataforma change org.

En la misma denuncian que el Ayuntamiento de Palma «nos ha dejado en la calle», y «los jóvenes de 12 y 13 años ya no podemos entrar en los Espais Joves desde el 1 de septiembre».

La medida afecta de lleno a jóvenes de familias desestructuradas que tenían en estos espacios su punto de encuentro. Niños y niñas, que en esa campaña de recogida de firmas a través de las redes sociales narran un ejemplo lamentable de las situaciones que tienen que soportar por su expulsión de la red municipal de centros juveniles.

«El otro día estábamos en la plaza de las palomas y un hombre se nos acercó, se desnudó y empezó a tocarse sus partes. Nos fuimos temblando de allí. Nosotras sólo queremos un sitio seguro donde poder encontrarnos con las amigas y amigos, jugar y hacer actividades. Y la calle no lo es!», lamentan.

La medida es contraria a las condiciones técnicas del contrato de gestión de estos centros que, en su punto segundo, indica que el servicio y las actividades programadas se orientarán preferentemente a la población con edades entre los 14 y 30 años, «aunque para determinadas actuaciones se podrá dirigir a jóvenes a partir de 12 años».

Hasta la fecha, los jóvenes de estas edades podían hacer allí actividades de ludoteca, cocina, juegos manualidades, y lo único que no se les permitía, era coger una sala.

Jarabo, ahora y de un plumazo, les ha prohibido la entrada por lo que el riesgo de exclusión de esta población se dispara en contra de uno de los principales objetivos y razón de ser de estos centros: fomentar la educación para un modelo de vida saludable, «incidiendo especialmente en los aspectos de prevención de las drogodependencias y otras adicciones, en la promoción del bienestar emocional y de la salud afectivo-sexual, y en el trabajo preventivo en procesos que puedan derivar en situaciones de exclusión social de esta población crece exponencialmente».

A la hora de la verdad, y como en tantas otras cosas del gobierno encabezado por el socialista, José Hila, el discurso no casa con la realidad.

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