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Los cinco retos ‘mágicos’ del alcalde de Palma para 2024: limpieza, seguridad, civismo, movilidad y vivienda

Martínez trabaja en una modificación de la ordenanza para imponer multas más duras a los incívicos

Quiere sentar las bases de un nuevo modelo de Policía Local, más próxima y con más agentes

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El alcalde de Palma, Jaime Martínez, flanqueado por el primero y la segunda teniente de alcalde, Javi Bonet y Lourdes Roca.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Tras anunciar por sorpresa este viernes una remodelación de parte de su  equipo de gobierno, con la entrada de la concejala Mercedes Celeste como portavoz como principal novedad, los cinco retos mágicos del alcalde del PP Palma, Jaime Martínez, para 2024 son: limpieza, seguridad, civismo, movilidad y vivienda.

Esas materias, con independencia del orden, son las prioridades que se marca el primer edil, que tiene por delante doce meses para poner los cimientos de una legislatura recién iniciada, y que ya cuenta para ello con los denominados «presupuestos del cambio» aprobados con el apoyo de sus socios de Vox, y en vigor desde el pasado uno de enero.

Tendrá para ello que revertir la herencia envenenada recibida del ex alcalde socialista, José Hila, que en sólo ocho años convirtió, por increíble que parezca, la que fue calificada en 2015 por The Times como la mejor ciudad del mundo para vivir, en la más sucia de España, según la encuesta de la OCU el pasado 2023. Un sondeo hecho público semanas antes de que el resultado de las las urnas en las pasadas municipales de mayo obligaran al hoy senador autonómico del PSOE balear, a abandonar la plaza de Cort.

Y aunque Martínez tendrá que hacer sus deberes con un gobierno en minoría de 11 concejales,  el nuevo alcalde de Palma ha empezado ya a hacerlos en este arranque de mandato, por ejemplo, en materia de limpieza con la puesta de largo de un plan de choque presentado este pasado verano. Un plan que ya se está haciendo notar en diferentes barrios de Palma, donde la presencia de barrenderos y maquinaria de limpieza de la empresa municipal Emaya, está más presente que en años pasados.

El objetivo como exponen desde el propio gobierno municipal en este ámbito no es otro que el de, «seguir incidiendo en la mejora dando continuidad al plan de choque Palma a Punt, que ya ha concluido su primera ronda en todos los barrios de Palma, y va a continuar llevándose a cabo varias veces al año».

Estrechamente ligada a esta cuestión, porque es indisociable de cara a recuperar la deteriorada imagen urbana de Palma para residentes y turistas, es la batalla que Martínez tendrá librar contra el incivismo.

Hacer que en muchos barrios de Palma los vecinos, por las buenas o por las malas, con campañas de concienciación o sin ellas, respeten las ordenanzas municipales, es un objetivo que debe ser constante aunque la meta sea a largo plazo.

Al igual que poner coto a golpe de multa, a los autores de las indeseables pintadas vandálicas que ensucian del centro a la periferia toda clase de fachadas, mobiliario urbano y no pocos monumentos, y a la circulación vandálica con patinetes y bicicletas por aceras y zonas peatonales.

Por ello una de las claves en este sentido como exponen desde el equipo del alcalde Martínez es llevar a cabo «una modificación de la ordenanza cívica, que será muy incisiva en estos temas» para así, «combatir los comportamientos incívicos que afectan a la convivencia».

«Hablamos de mala utilización de los vehículos de movilidad personal, de tolerancia cero con las pintadas vandálicas, de los comportamientos inapropiados en zonas de ocio o de respetar los horarios a los que está permitido depositar la basura en los contenedores».

Desde el minuto uno de la legislatura se viene hablando de una modificación de la ordenanza de limpieza de 2017 para volver a incrementar la cuantía de las sanciones, si bien el importe actual no es banal: entre 60 y 150 euros si son faltas leves, 1.500 graves y 3.000 las muy graves.

Pero para poner las multas hay que cazar a los infractores, y para ello es clave la reforma de la Policía Local que Martínez y el PP prometió en campaña y que ahora toca pasar del papel a los hechos. Los 50 agentes previstos para este año en los presupuestos de 2024 para hacer frente a la merma alarmante de efectivos de una envejecida plantilla de la Policía Local donde faltan no menos de 300 nuevos efectivos son un primer paso, pero ahora, hay que incorporarlos, y el proceso no es de un día para otro.

El plan de choque de seguridad ciudadana está aún pendiente de su presentación por parte del que ya es nuevo jefe de la Policía Local, Guillem Mascaró. El objetivo en esta materia como apuntan en la Alcaldía está bien definido, pero habrá que llevarlo a la práctica:

«Un nuevo modelo de Policía Local, más próxima a los barrios y a los ciudadanos, para el que ya sentamos las bases en el presupuesto de este año contemplando un incremento de efectivos y de medios materiales».

Y los dos últimos retos que de llevarlos a la práctica, darían la vuelta al calcetín a la Palma heredada de manos socialistas.

El primero, oxigenar y dar salida a la asfixiada movilidad urbana de Palma, y por último, poner en marcha esos proyectos de largo recorrido y de más de una legislatura. Son, por ejemplo, buscar una salida al malogrado edificio de Gesa convirtiéndolo en el prometido Museo de Arte Contemporáneo; las 103 VPO de la vieja cárcel, las 831 de Son Busquets, o la adaptación municipal al decreto de emergencia habitacional del Govern que permitirá construir en Palma, los centenares pisos a precio limitado que hacen falta para  los aquí residentes, desde 147.000 euros.

Unos retos notables, que para cumplirlos, Martínez tendrá que ponerse manos a la obra ya, una vez recibidos los Reyes de Oriente que este año volvieron a pasar por la plaza de Cort.

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