Armengol rechaza la bandera española en los colegios pero en 2015 bailó la conga en defensa de la catalana
El Govern de izquierdas celebró por todo lo alto con música y bailes la derogación de la Ley de Símbolos del PP
La ley del PP iba contra la proliferación de banderas catalanas y esteladas en los colegios e institutos
Los colegios de Baleares permiten lazos amarillos y señeras catalanas pero prohíben la bandera española
Armengol dice no a las banderas en las aulas cuando en 2015 bailó la conga para festejar su colocación. Ha sido un cambio radical de criterio por parte de la presidenta de Baleares debido a la colocación de una bandera española en el colegio La Salle. Armengol -y sus socios de Govern- rechaza ahora la colocación de banderas en los centros docentes cuando en 2015 celebró por todo lo alto, y bailando la conga, la derogación de la Ley de Símbolos que había aprobado el Ejecutivo del PP precisamente para prohibir banderas y cualquier insignia en los colegios e institutos. La Ley de Símbolos, entre otras cosas, pretendía acabar con la presencia de banderas en las aulas ante la proliferación de cuatribarradas y esteladas en los centros docentes.
La primera decisión del pacto de izquierdas en el Parlament tras las elecciones de 2015 fue derogar la Ley de Símbolos y con ello se daba vía libre a la colocación de banderas en los colegios. Armengol y sus socios de Govern no pudieron soportar la emoción que les produjo derogar la Ley de Símbolos del PP y salieron a la calle para celebrar lo que consideraban un «acontecimiento histórico». Y se produjo entonces una de las escenas más esperpénticas que se recuerdan en las calles de Palma y fue la de Armengol y su Govern bailando la conga de forma entusiasta ante la incredulidad de los ciudadanos que contemplaron la escena.
Fue el 6 de octubre de 2015 en una de las primeras sesiones parlamentarias tras la formación del nuevo Gobierno de izquierdas surgido de las elecciones de aquel mismo año. El Parlament aprobó el Proyecto de Ley mediante el cual se derogaba la Ley de Símbolos -que prohibía la utilización de cualquier símbolo considerado no oficial en los edificios públicos de la comunidad autónoma- con los votos de PSIB, los independentistas de Més, Podemos y los regionalistas del PI. El PP abandonó el Hemiciclo antes de la votación.
En un principio, el PP intentó que no se votase aquel día dicha ley y presentó una proposición no de ley (PNL) in voce para desarrollar una Ley de Símbolos con el «máximo consenso». Su propuesta no fue aceptada por el resto de grupos y el PP decidió abandonar el pleno.
¿Qué ha cambiado?
¿Qué ha cambiado entre 2015 y ahora para que Armengol ahora diga no a los símbolos en las aulas que entonces celebraba bailando la conga? Lo que ha cambiado es que en 2015 y años precedentes los centros docentes se habían llenado de símbolos catalanistas e independentistas como muestra de rechazo a la ley del PP de José Ramón Bauzá que imponía el trilingüismo en la docencia. Con ello se dejaba sin efecto la inmersión lingüística en catalán, algo que la izquierda y gran parte del colectivo docente no podía soportar. Ahora no se trata de símbolos catalanistas o independentistas, se trata nada menos que de la bandera de España que la izquierda de Baleares no soporta.
Cuando en aquella sesión parlamentaria del 6 de octubre de 2015 se aprobó derogar la Ley de Símbolos, el entonces portavoz del Govern, el socialista Marc Pons, manifestó durante el debate que «este es un día de celebración y un hito en favor de la libertad de expresión y en defensa de la lengua, la cultura y la educación de las Islas y en contra de las políticas del Govern presidido por José Ramón Bauzá».
Por su parte, el diputado de Podemos Baltasar Picornell colocó una camiseta de la plataforma Crida en el estrado y al finalizar su intervención se la regaló a la entonces portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Marga Prohens. Crida es la plataforma creada en contra de la normativa del Govern del PP sobre el tratamiento de lenguas en la enseñanza, la que luchaba a favor de la inmersión en catalán.
El podemita Picornell se refirió en su intervención a la Ley de Símbolos como «la Ley mordaza balear» y dijo que era un ejemplo de la «obsesión» de Bauzá de «reinventar la historia de Baleares» haciendo que esta pareciese una «película de ciencia ficción».
La diputada de Més Margalida Capellà dijo que la Ley de Símbolos era «miserable» porque «durante dos años ha violado la libertad de expresión», «buscaba enfrentar a la comunidad educativa» y estaba pensada para que «las escuelas e institutos cediesen ante las campañas en contra de la lengua por parte del PP».