ARAGÓN

Los trabajadores del ‘centro del horror’ de Ateca a los menas: «Lo mejor es que te fugues a Francia»

El 90% de las desapariciones de menores son fugas de centros tutelados

Cuando la jueza cerró la semana pasada el centro, nueve menores estaban fugados en paradero desconocido

Hasta el momento, se han presentado once denuncias de padres y madres contra el centro

centro Ateca fugas
Paula Ciordia

En el centro del horror de Ateca (Zaragoza), las fugas de los internos eran frecuentes. Una psiquiatra del centro de acogida expresó, en una entrevista inédita a la que OKDIARIO ha tenido acceso, que algunos trabajadores del centro incluso les decían a los menores extranjeros que se fugaran: «Lo mejor que te puede pasar es que te fugues y te vayas a Francia».

Las declaraciones de esta psiquiatra anónima, recogidas por una estudiante en su trabajo de máster de la Universidad de Zaragoza, dejan ver la problemática que subyace en este tipo de centros de acogida donde no existe un protocolo específico para menores no acompañados, teniendo en cuenta además que el de Ateca era especializado en atención terapéutica y educativa intensiva para personas con problemas de conducta.

La conversación de la estudiante con la psiquiatra tenía como objetivo analizar las insuficiencias y necesidades sobre la metodología y dinámicas con los menas en este centro de Ateca sobre salud mental y que ya eran palpables en 2021. Es decir, cuatro años después de que la ONG Fundación Comunidad y Salud abriera el centro privado, que tenía un contrato de 1,2 millones de euros al año con el Gobierno de Aragón. La fundación también tenía acuerdos con la Diputación de Vizcaya, Guipúzcoa, o las Islas Baleares, regiones de las que recibía menas que en muchas ocasiones suponían el 50% de la ocupación del centro.

«Fúgate»

En su análisis, la psiquiatra pone de manifiesto que el equipo de trabajo  del centro no era apropiado ni especializado para lo que la Fundación Comunidad y Salud anunciaba. «Falta formación», señaló ya en 2021, «tendría que haber un dispositivo específico».

La psiquiatra anónima, que trabajó en el centro desde su apertura, pone de relieve que la comunicación entre la plantilla era «cero», señalando a los tutores como parte del problema de la involución de menores extranjeros en el tratamiento médico y pedagógico: «Los que están muy implicados ayudan a sus menores, y al que le da igual, te dice que lo mejor que te puede pasar es que te fugues y te vayas a Francia».

«Es verdad que yo creo que son menores que molestan, que requieren mucho trabajo burocrático y de pedir los papeles y que te los manden sellados», señaló, «es verdad que requiere un tiempo y una implicación. Yo entiendo que llevarán un montón de menores».

En un momento dado, la psiquiatra reconoce que el tutor incluso no gestionaría los papeles de algunos menores extranjeros a «modo de venganza», por no acudir a clases de español o a los cursillos. Un maltrato con consecuencias gravísimas para la futura integración de estos jóvenes porque a los 18 años «se quedarían en la calle» y sin poder «trabajar».

A lo que la psiquiatra reflexiona: «Yo creo que no estamos aquí para decir si se lo merecen o no, porque si no, pues igual hay que devolverlo a su país, ¿no? Porque si no al sacarlo a la calle, se hará un delincuente sin papeles».

Trabajadores sin cualificación

La manera que algunos trabajadores habrían tenido de relacionarse con los internos muestra las consecuencias de no tener formación. Tanto Daniel Urbina, ex director del centro, como la psiquiatra, reconocieron que el centro llegó a contrata a trabajadores sin tener cualificación por el hecho de  «hablar árabe».

«Muchas veces a los árabes los cogen porque son árabes, no porque tengan una formación específica», destacó la psicóloga, considerando que «tendrían que tener una formación en menores no acompañados y luego en salud mental, porque veo que tienen poco manejo».

Hay que recordar que cuatro de los cinco encarcelados provisionalmente en la prisión de Zuera por posibles delitos de torturas, vejaciones y agresiones sexuales, eran extranjeros de habla árabe y rumana y dos, además, auxiliares que carecían de cualificación ni titulación. Estas entrevistas realizadas en 2021 sacadas a la luz por OKDIARIO, prueban que las contrataciones irregulares fueron continuadas en el tiempo, conscientes y no una excepción.

Contenciones en el ‘centro del horror’

La propia psiquiatra también comenta en esta entrevista el problema de las contenciones a los internos por parte de los trabajadores. Según opina, «falta comunicación entre ellos», hasta el punto de no haber unanimidad a la hora de aplicar contenciones a algún menor, reprochando que aquellos que creían que no había que contenerlo «se quedan sentados».

«No eres ni padre, ni amigo, ni colega, ni adolescente. No eres nada de eso. Puedes tener gesto de, pero no puedes pasar la barrera. En el momento en que tú te conviertes en colega ya no eres educador. Eres un menor más», reprocha. «Luego hay subgrupos, no es todos con todos. Hay unos con otros que no, ¿sabes? Y que fíjate que este contiene mucho, que este hace no sé qué mucho, es que este les da cigarrillos a escondidas, entonces dices… mmm… todo mal. Todo mal», añade.

Así mismo, los desgarradores testimonios de dos internos que denunciaron los hechos ante la Guardia Civil y el Justiciazgo de Aragón a comienzos de agosto, despejan cualquier duda sobre la praxis que presuntamente habrían llevado posteriormente los trabajadores acusados, de entre 23 y 29 años.

Tal y como relataron las víctimas, estos jóvenes empleados (contratados sólo por el mero hecho de poder hablar árabe con los menas), les prohibieron ingerir alimento durante días, les abofetearon, aplicaron contenciones desproporcionadas, llegando incluso a defecarse encima por miedo. Llegaron a apagar cigarrillos en sus brazos y piernas.

Los Servicios Sociales fracasan

De la misma manera, la última denuncia que ha salido a la luz de otra menor, anterior a estos dos jóvenes, pondría en evidencia el fracaso de los servicios sociales públicos como supervisores en una tutela que les corresponde.

El Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) dirigido en aquel momento por Joaquín Santos, habría sido conocedor de la denuncia de esta menor en marzo de 2023. La joven habría sufrido presuntamente una agresión y abusos sexuales de otro auxiliar, pero «no le dieron importancia», tal y como expresa el padre de acogida de la joven, quien se reunió con el equipo técnico responsable de ella y con dos directoras provinciales del organismo.

Según las declaraciones del padre adoptivo que recoge El Heraldo de Aragón, «no le quisieron dar importancia, nos dijeron que los menores se inventan cosas». Otro testimonio más, en definitiva, que sale a la luz, de un total de once denuncias de padres y madres de residentes en el centro de Ateca y que provienen de distintos puntos de la Comunidad.

Tras las fugas recuperan la tutela

De hecho, este mismo viernes, la juez que instruye el caso del centro del horror de Ateca, ha devuelto la tutela a la madre de uno de los menores, que tenía 16 años de edad. En su auto, la juez refleja que «la progenitora había solicitado la recuperación de la guarda y custodia del menor y su tutela, tras haber fracasado el cuidado por parte de la entidad pública en su bienestar y salvaguarda, ya que existen indicios racionales de la comisión de los delitos reseñados con anterioridad, de los que fue víctima, junto con otros menores».

Fugas en el centro de Ateca

Cabe resaltar además que en el momento en que se produjo el cierre provisional del centro de Ateca por orden judicial el pasado viernes, había nueve fugas contabilizadas.

¿Por qué se fugaron? La juez de Juzgado de Instrucción n.º 2 de Calatayud, Aida Ramírez, solicitó a la Guardia Civil la localización de estos menores y su puesta a disposición judicial para averiguar si han podido ser víctimas de las agresiones y/o abusos que se investigan en esa causa y por si sus fugas en el centro de Ateca guardan relación con su huida.

Según datos del Informe Anual de Personas Desaparecidas de 2022 (la última actualización que se dispone), había 8.215 menores desaparecidos en España. De los cuales, «el 90% de las desapariciones de menores en España son fugas de centros tutelados», siendo en su mayoría así mismo menas, tal y como expone Joaquín Amills, fundador de la asociación SOS Desaparecidos, en una entrevista al diario La Razón.

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