ARAGÓN

El testimonio de una psiquiatra del centro de Ateca: «Hay menas que mienten con la edad»


Algunos de estos adultos internos habría tenido relaciones sexuales con menores

El 95,8% de los inmigrantes que dijeron ser menores en Aragón no lo fueron

La Diputación de Vizcaya y la de Guipúzcoa habría trasladado menas al centro de Ateca

centro Ateca menas
Paula Ciordia

Una psiquiatra del centro de acogida de menores de Ateca (Zaragoza) ha dejado en evidencia la ausencia de control que existía por parte de la Fundación Comunidad y Salud respecto a la edad de los inmigrantes ilegales que internaba como menas. Según reconoce esta psiquiatra en una entrevista inédita a la que ha tenido acceso OKDIARIO, en el centro había inmigrantes ilegales «que no eran menores», e incluso que estos adultos habrían mantenido «relaciones sexuales» con menores internas.

Este testimonio recogido por una estudiante de máster de la Universidad de Zaragoza en 2021, deja en evidencia que las irregularidades cometidas por parte de la ONG en Ateca han sido diversas, y que pocas de las cosas que sucedían de forma frecuente en esas cuatro paredes eran normales, antes incluso de que dos valientes jóvenes junto con sus madres hayan denunciado este verano las presuntas torturas y vejaciones a las que fueron sometidos por trabajadores del centro, llegando a producirse agresiones sexuales.

Adultos que se hacen pasar por menas

A esto habría ahora que añadirle que algunos de los jóvenes internados como menas en el centro de Ateca serían adultos, y que incluso habrían mantenido relaciones sexuales con menores. La propia psiquiatra, cuyo nombre no consta en el trabajo de máster, pone de manifiesto que muchos de estos jóvenes «no son menores», y que «todo el mundo en el centro lo sabía».

«Hombre, este chaval, yo sé que ha tenido relaciones sexuales con menores, entonces él dice que es menor, pero yo sé que no. Todos en el centro sabemos que no, porque un educador árabe lo ha oído hablar de los años que tiene», confiesa en la entrevista. «Entonces me parece mal por otros menores, ¿sabes? Porque si viene una chica de 16, como es mayor de edad para tener relaciones sexuales, pues mira, yo no me voy a meter. Pero claro, viene una de 14 años, y la deja embarazada, por ejemplo».

«A mí me parece un problema no saber cuantos años tienen», alertaba en la entrevista. «Hay varios que no son menores, y a mí eso me da un poco de rabia, qué quieres que te diga, pero bueno», señala. «Pero todos lo aceptan. Entre ellos, entre los menores no acompañados, yo creo que saber que uno tiene 25 en vez de 16, lo toleran bien, porque creo que se asume que esto se hace. Y los otros menores que tenemos de otras clases son unos desustanciados, tampoco les importa».

Ausencia de pruebas de la edad

La psiquiatra subrayaba, en un momento de la entrevista, no sólo el problema de que algunos de estos jóvenes sean mayores de edad, sino que además algunos pueden tener más de veinticinco años: «Nadie lo ha comprobado». «Además, hay una edad donde las pruebas óseas ya no valen, porque ya han acabado el crecimiento, y no puedes distinguir cuántos años tiene, pero hombre, cuando ya casi tienes canas, pues dices… o es canoso precoz, que los hay y están muy estresados, o aquí hay algo que no encaja», señala.

Éste hecho está siendo una constante en el caso de la llegada de inmigrantes ilegales a España, así como en su traslado a las comunidades autónomas como menores no acompañados, tal y como quedó en evidencia a comienzos de este año en Aragón, cuando el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) determinó que el 95,8% de los inmigrantes que decían ser menores no lo eran.

La psiquiatra manifestó que en parte entendía que los adultos se hicieran pasar por menores: «Si diciendo que soy menor no voy a vivir en la calle, pues evidentemente. Pero claro, cuando alguno de estos se porta mal en el centro, se fuga, lo quema… Me da un poco de rabia, porque luego tienes a otros que están luchando un montón y no tienen ventajas, ¿no? No sé si es justo».

Desigualdad entre los internos

El centro de acogida de Ateca se promocionaba como especializado en trastornos de conducta en menores. En su propia web indican que podían acoger a menores desde los 6 años, aunque lo más común es que los tutelados tuvieran una edad entre los 16 y 17 años. Ahora bien, esto no se cumplía, de acuerdo con las declaraciones de la psiquiatra.

De forma que, mientras los españoles o residentes legales tutelados por los Asuntos Sociales debían abandonar el centro a los 18 años, a los extranjeros irregulares, al no poseer carta de identidad, se les consideraba menores sólo con su palabra. Así podían convivir con menores de los que los separaba una edad considerable.

Ateca: ¿centro de menas o de terapias?

La Fundación Comunidad y Bienestar como el Grupo Lagunduz (con el que había formado la UTE) compró este edificio con el objetivo de ofrecer un centro especializado de internamiento para dar terapias a estos jóvenes con problemas, presumiendo de que, en este tipo de «servicios asistenciales» tenían «gran experiencia», y por lo cual habría conseguido convenios millonarios con Aragón, puesto que sólo de esta comunidad la ONG estaría recibiendo 1,2 millones al año, sin contar con el resto de instituciones con las que mantenía el resto de las plazas.

Además, la Fundación Comunidad y Bienestar adquirió un palacete en Sopuerta (Vizcaya) valorado en 1,3 millones de euros, para internar a supuestos menas, algunos de los cuales, los más problemáticos, podrían haber sido enviados al centro de Ateca.

Personal sin cualificación

Además, en el centro se contrataba a personal sin cualificación, como ha puesto en evidencia el auto de la jueza instructora de Calatayud, Aída Ramírez, quien ha ordenado la prisión preventiva y sin fianza, de Iván Rodríguez (el director del centro), Mohamed B., Youssef B., Abdelilah A. y Alenxandru R., como posibles autores de delitos cometidos contra la integridad moral, torturas y lesiones infligidos a menores residentes en el centro, además de pertenencia a grupo criminal.

Los últimos cuatro condenados son empleados del centro, todos inmigrantes, de entre 23 y 29 años. Dos de ellos eran auxiliares sin titulación ni cualificación. Tras las declaraciones que OKDIARIO ha sacado a la luz del propio ex director del centro, Daniel Urbina, ha quedado manifiesto que era una praxis común contratar a empleados sin cualificación para el centro. El ex director admitió que en el momento en que el centro comenzó a traer menas de otras partes de España para llenar las plazas vacantes, contrató conscientemente personal extranjero no cualificado por el simple hecho de hablar en árabe.

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