Testigos del atentado: «Lo ha tirado al suelo diciendo Alá no sé qué y lo ha matado»
El juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional ya investiga como atentado yihadista el ataque en la localidad de Algeciras en Cádiz donde al menos una persona ha muerto y cuatro han resultado heridas. Los testigos describen al atacante como «un tío con una espada como un brazo de grande ha cogido a otro tío al lado nuestro y se ha liado y lo ha matado, lo ha tirado al suelo diciendo Alá no sé qué». La mujer continúa contando que «hemos llegado a casa y hemos llamado a la Policía, ha venido hasta un helicóptero».
Otro testigo lo contaba como «asesinato en la plaza Alta, ha entrado a robar en la Iglesia de La Palma, el sacristán ha salido corriendo detrás y en la misma plaza le ha dado dos cuchilladas en el cuello y ha muerto», «pero es que en la huida le ha pegado a otro, ya le han cogido, pero es increíble lo que pasa en Algeciras».
Otra mujer añade que «quería entrar a San Isidro, y la sacristana le ha dicho que no pasara, se ha quedado toda la misa para apuñalar al cura, luego se ha ido a La Palma a robar y en medio de la plaza Alta lo ha matado. La humanidad se va a la mierda».
El suceso ya se está investigando como un atentado terrorista de inspiración yihadista por la Audiencia Nacional. Se ha confirmado que el fallecido es el sacristán de la iglesia de La Palma, llamado Diego Valencia, y uno de los heridos es Antonio Rodríguez, párroco de la capilla de San Isidro, donde antes habría estado el agresor.
Valencia habría recibido una puñalada y se encuentra en estado grave en el hospital de Algeciras. El atacante es un magrebí y varios jóvenes, cinco en total, han sido detenidos tras actuar en los templos de San Isidro, La Palma y la capilla de Europa en lo que parece un ataque coordinado.
Según testigos del suceso, el hombre de origen magrebí autor del asesinato entró en la iglesia de La Palma gritando y armado con un machete de grandes dimensiones a las 19:30 horas en plena celebración de la eucaristía. Recorrió toda la iglesia tirando cruces, imágenes y velas hasta subir al altar. Según el relato de los testigos, el sacristán le instó a abandonar la iglesia. El atacante se encaró primero con dos mujeres y cuando el sacristán volvió a decirle que se marchara, comenzó a perseguirle hasta golpearle mortalmente en la cabeza.