El socialista que gastó 32.000 € en prostíbulos, condenado de nuevo a prisión por enchufes en la Faffe

La Audiencia de Sevilla ha condenado a tres años y medio cárcel al ex director de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe), Fernando Villén, por enchufar en la entidad al ex alcalde de Lebrija (Sevilla), el socialista Antonio Torres, que cobró 360.000 euros sin mover un dedo ni salir de casa. El ex regidor ha sido sentenciado a dos años y tres meses de prisión. Villén ya fue condenado por dilapidar en prostíbulos el dinero de los andaluces.

La sentencia de la Sección Tercera concluye que la contratación de Torres en la Faffe –organismo dependiente de la Junta de Andalucía– fue «ilegal» y «absolutamente irregular». Cuando perdió en 2003 la Alcaldía de Lebrija tras 24 años en el poder, Villén lo colocó en la fundación «por su sola voluntad, amistad y afinidad política». Torres percibió un total de 359.973 euros pese a que «no acudía a la sede» de la Faffe «ni desempeñaba trabajo alguno», remarca el tribunal.

Los magistrados declaran probado que tras las elecciones municipales de 2003, que ganó el Partido Andalucista al PSOE por 496 votos, el ex alcalde acudió «directamente» a Villén «pidiendo trabajo», a lo que éste accedió «con la excusa de lograr fondos y financiación de distintas administraciones para la Faffe», un punto a todas luces «innecesario», pues la entidad «venía siendo financiada con numerosas subvenciones a la formación con una ingente cantidad de dinero público», sostiene la Audiencia.

En la sentencia notificada este miércoles a las partes, el tribunal condena a Villén a tres años y seis meses de prisión y seis años de inhabilitación absoluta por un delito de malversación de caudales públicos, y a otros siete años de inhabilitación especial para empleo o cargo público por un delito de prevaricación, concurriendo en ambos delitos la atenuante simple de dilaciones indebidas. En la vista oral, celebrada en octubre de 2024, la Fiscalía solicitó cuatro años de cárcel.

En el caso de Torres, el tribunal lo condena a dos años y tres meses de cárcel y cuatro de inhabilitación absoluta como cooperador necesario de un delito de malversación, y a cuatro años de inhabilitación especial para empleo o cargo público por un delito de prevaricación, concurriendo igualmente en los dos delitos la atenuante simple de dilaciones indebidas.

Además, ambos deberán indemnizar conjunta y solidariamente a la Junta de Andalucía en la cantidad percibida por el ex alcalde desde su contratación hasta la extinción de la Faffe (359.973,51 euros). La sentencia no es firme y contra la misma cabe interponer recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Más de 32.000 euros en prostíbulos

Fernando José Villén Rueda, recordemos, ya fue condenado a seis años de cárcel por pagar una docena de orgías en prostíbulos con tarjetas black de la Junta de Andalucía. La Audiencia de Sevilla destacó su «afición descontrolada» por los clubes de alterne. El socialista, que entró en la Ejecutiva del PSOE andaluz en 2008, despilfarró 32.375 euros en cinco burdeles de las provincias de Sevilla, Córdoba y Cádiz.

Entre 2004 y 2010 realizó 43 pagos con tarjetas bancarias de la Faffe, dinero público que debía destinarse a la formación de los parados andaluces. Su puticlub de culto fue el Don Angelo, en Sevilla, donde se dejó más de 25.000 euros, 14.000 de ellos en sólo 48 horas. También frecuentó el Top Show Girls o La Casita, ambos en la capital hispalense, o la Sala Delux, en Córdoba.

En el juicio, celebrado con jurado popular, Villén reconoció los hechos: «Cuando uno está en un local de esos, uno toma copas y eso afecta a las facultades. He pedido disculpas en varias ocasiones. Arrastro un deterioro de mis relaciones personales, sociales y familiares y toda una depresión. Siento un arrepentimiento muy grande». Pese a la insistencia del fiscal, nunca llegó a revelar quién o quiénes le acompañaban en estas orgías.

Su ex directora económica-financiera, Ana Valls, fue condenada a cinco años y tres meses de cárcel por su inestimable ayuda en el desvío de fondos. En el juicio dijo que no sabía «nada» de esos gastos y que sintió «un gran bochorno» cuando salieron a la luz.