Los musulmanes de Melilla dicen estar perseguidos: «España se ha construido frente al moro»
La activista expuso casos de exclusión en barrios, colegios y acceso a servicios públicos
Asegura que muchos melillenses musulmanes siguen sin poder ejercer plenamente sus derechos ciudadanos

La activista Zenit Laari ha denunciado en Melilla que los musulmanes de la ciudad autónoma sufren «discriminación» por parte de la Administración pública, a pesar de tener nacionalidad española. En una conferencia celebrada en el hotel Rusadir, ha reclamado que se les permita ejercer plenamente su ciudadanía. Una queja que contrasta con la visión que se tiene en la ciudad, donde los musulmanes son prácticamente un 50% de la población, donde se han eliminado históricos festivos cristianos y nacionales para poner festivos musulmanes, donde se rebaja el precio del cordero para sus sacrificios -que se celebran en plazas públicas- y donde se está prohibiendo el cerdo en los menús escolares.
Durante su intervención, titulada Islamofobia y microrracismos en el trato de la población musulmana ante la Administración, Laari se centró en la situación específica de Melilla, basándose en testimonios y datos aportados por la organización Nueva Melilla, al no haber residido previamente en la ciudad. Aunque reconoció no haber vivido personalmente esa discriminación, aseguró que ha escuchado numerosos relatos que evidencian un trato desigual a los ciudadanos musulmanes.
Entre las denuncias recibidas, apuntó a problemas de acceso a la vivienda, deficiencias en servicios públicos, exclusión en el ámbito educativo y una tendencia a criminalizar a esta comunidad, todo ello a pesar de su condición de ciudadanos españoles. Laari, madrileña y deportista de alto nivel, explicó que ha utilizado su visibilidad mediática para denunciar el racismo e islamofobia, una labor que ha sido reconocida por Nueva Melilla, que la invitó al acto.
La activista recordó también cómo hace cuatro décadas los musulmanes melillenses tuvieron que manifestarse para exigir el reconocimiento de sus derechos. Según los testimonios que ha recogido, muchos carecían incluso de documentación oficial que acreditara su nacionalidad española, siendo tratados como ciudadanos de segunda.
En su análisis, Laari atribuyó esta situación a una percepción histórica arraigada: «España se ha construido frente al moro, y el musulmán melillense es visto como un enemigo constante, bajo sospecha permanente». A su juicio, este prejuicio favorece la existencia de discursos islamófobos y de exclusión.
Según expuso, a pesar de que la mayoría de la población de Melilla es musulmana, su presencia en las instituciones públicas es mínima. También denunció segregación en barrios como la Cañada de Hidum, a la que comparó con el centro de la ciudad, y exigió medidas para acabar con la brecha educativa y laboral. «Melilla está muy ahogada por sus circunstancias geográficas, pero la población musulmana lo está sufriendo diez veces más que el resto», concluyó.
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