La mujer que se autoproclamó «la única autoridad en el PSOE» recupera peso en el socialismo andaluz

La llegada de María Jesús Montero a la secretaría general del PSOE-A ha traído un cambio de piezas en el Parlamento andaluz: se va Juan Espadas, incapaz de plantar cara al popular Juanma Moreno, y entra Verónica Pérez, la mujer que en 2017, en plena crisis del partido socialista, afirmó: «La única autoridad en el PSOE soy yo».

El pasado jueves Espadas dijo adiós a la Cámara autonómica con cuatro derrotas electorales en su haber (autonómicas 2022, municipales y generales 2023 y europeas 2024) y habiendo visto a su mujer declarar ante la UCO por su presunto enchufe en la Faffe (el juez Vilaplana prorrogó recientemente el plazo de instrucción de la causa para seguir investigando).

Juanma Moreno se despidió de él agradeciendo su labor en la oposición: «Tengo palabras de consideración y respeto hacia Espadas, su figura política y su trabajo. Siempre tuvo predisposición al talante, al diálogo y a alcanzar acuerdos».

El ex alcalde de Sevilla y ex líder del PSOE-A deja Andalucía para centrarse en el Senado, donde es portavoz del grupo socialista, y el escaño vacante lo ocupará Verónica Peréz (Sevilla, 1978), vinculada desde muy joven al PSOE. Con 14 años entró en las Juventudes Socialistas. Allí coincidió con Susana Díaz, de la que más tarde sería su mano derecha. Nada más cumplir los 18 se afilió al PSOE y con 20 ya fue concejal de su pueblo, San Juan de Aznalfarache, así que abandonó la universidad. Del Ayuntamiento pasó a la Diputación de Sevilla y de ahí al Parlamento de Andalucía, donde fue diputada durante casi 20 años y secretaria primera de la Mesa.

En diciembre de 2013 fue elegida secretaria general del PSOE de Sevilla en sustitución de Susana Díaz, que saltó a la Junta y a la secretaría general del PSOE-A. Tres años después, en 2016, durante la guerra interna que hacía volar por los aires al PSOE federal, Pérez se autoproclamó la «única autoridad» del partido.

El país estaba entonces bloqueado políticamente, con dos elecciones generales en seis meses, y el PSOE se dividía entre sanchistas y susanistas. Los primeros se negaban a apoyar un gobierno del PP, ganador de ambas elecciones, y los segundos abogaban por abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy para no llegar al poder pactando ni con Pablo Iglesias ni con los independentistas.

Tras la dimisión en bloque de 17 miembros​ de la Comisión Ejecutiva Federal, Pérez fue la primera en abrir fuego: «Harta de resultados históricos del partido al que quiero tanto, harta de volver a pulverizar nuestros peores resultados… ¿Y ahora qué?». Luego se presentó en Ferraz y negó la legitimidad de la Ejecutiva de Pedro Sánchez. «Guste o no, en este momento la única autoridad en el PSOE soy yo. La dimisión de más de la mitad de sus miembros significa la disolución de la Ejecutiva. Buscar maniobras para atrincherarse en Ferraz no es lo que merecen estas siglas». Entonces era la presidenta del comité federal del partido, máximo órgano entre congresos, y hasta la llegada de una eventual gestora le tocaría asumir el mando de modo transitorio.

Pero, empeñado en autoinmolarse, el PSOE y sus dos facciones acabaron enfrentados en un convulso Comité Federal que concluyó con la dimisión de Pedro Sánchez como líder socialista y Rajoy como presidente del Gobierno.

En las elecciones autonómicas de 2022 Pérez no revalidó su escaño en el Parlamento andaluz y el PSOE la nombró miembro del Consejo de Administración de RTVA. Ahora, con 46 años, Pérez vuelve al Parlamento de Andalucía para ganar peso en el nuevo PSOE-A de Montero, que coloca fichas susanistas en el tablero andaluz para contentar a la senadora. «Yo estoy feliz, encantada, porque la quiero un montón, sé que se lo merece y ganamos mucho allí (en el Parlamento); va a traer aire fresco al grupo parlamentario. Es una mujer trabajadora, honesta, joven y socialista hasta las trancas», ha celebrado este jueves Susana Díaz en Espejo Público.