Los hosteleros de Sevilla, sobre el cierre de bares a las 22:00h: «Es injusto, será la estocada final»
Tras la medida adoptada este jueves por la Junta de Andalucía de cerrar los bares y restaurantes a las 22:00 horas en Sevilla, Córdoba y Jaén, OKDIARIO ha salido a preguntar a hosteleros y restauradores de la capital para conocer sus impresiones a la nueva restricción.
La tónica general de los restauradores sevillanos es de preocupación, hastío y resignación, ya que se ven como los primeros en pagar las consecuencias del avance del coronavirus en esta segunda ola. «Es injusto» es la frase más escuchada este jueves en boca de camareros y dueños que ven cómo su negocio sufre «la estocada final».
«Entendemos que haya que tomar medidas, pero igual hay que tomarlas más de aforo que de horario. La cena es nuestro horario de máxima influencia y si cerramos a las 22:00 horas, no hacemos nada. Estamos teniendo problemas porque tenemos que reajustar personal, pedidos… Si la gente, además de esto, tiene miedo y se queda en casa, necesitaríamos ayuda. Sería mejor cerrar del todo que estar abiertos cerrando a las 22:00 horas», nos cuenta la dueña de un restaurante en pleno centro de la ciudad. «La gente se va a seguir reuniendo y juntando, si no es en mi bar será en la calle o en sus casas», añade.
Otro camarero, un hombre de mediana edad, comenta que el adelanto del cierre «es totalmente injusto. La hostelería es un sector que da muchísimo trabajo. Desgraciadamente en esta tierra hay poca industria, poca fábrica, y esto es lo que nos da de comer. La culpa no la tenemos los hosteleros, porque estamos cumpliendo todas las medidas: las distancias, las mascarillas, los protectores, los geles… Esto va a terminar de rematar la faena, nos van a hundir más el estoque. No creo que toda la culpa sea nuestra», insiste. «Estamos todos preocupados, los dueños por su negocio y los camareros por su familia. Se nos van los ahorros», sentencia el hombre, que lamenta que alguno de sus compañeros, o él mismo, tarde o temprano «perderá el empleo».
En el bar de enfrente, con un par de mesas ocupadas en la terraza a pesar de la intensa lluvia caída en Sevilla en la tarde de este jueves, otro camarero repite la idea de que «siempre somos los perjudicados». «Vas a un autobús, a un tren, y está lleno de gente. ¿Qué pasa, que el coronavirus va andando hasta mi bar? ¿No va en tren? ¡No lo entiendo!», protesta. Y termina: «Esto es lo que nos va a rematar. Estamos haciendo un 35 o 40% de la caja habitual, además de los tres meses que estuvimos cerrados, donde no hubo ingresos pero sí gastos. No sé por dónde vamos a salir».
A pesar del duro golpe a la economía de su negocio, un hombre con un pequeño pero concurrido local en una de las zonas más ociosas de Sevilla, entiende la decisión: «La medida me parece justa. Si es para el bien y la salud de todos, es justa, pero igual que nos recortan la opción de vender, a la hora de pagar impuestos también deberían de hacer recortes, porque si no es insostenible. No podemos subsistir con este horario, muchos tendremos que cerrar. La medida me parece justa pero no vamos a poder resistir».
Otro de los efectos colaterales será el impacto en la población juvenil, que a falta de bares, se encontrarán en otros lares: «Va a haber más proliferación de botellones y de descontrol, sin duda». Todos los encuestados coinciden en la importancia de la concienciación social, especialmente entre la juventud: «Los jóvenes tienen que concienciarse, porque son uno de los mayores causantes de la propagación en esta segunda ola».