El efecto llamada colapsa el CETI de Ceuta: «Salen 10 y entran 80, parece que regalan golosinas»
"De nada sirve que saques a 30 o 40 a la semana, porque tienes a 20 en la puerta y mañana a otros 20"
El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta no da abasto. Con capacidad para 512 plazas, en la actualidad alberga 770 inmigrantes y casi medio centenar acampan en las afueras esperando su turno. «Parece que regalan golosinas en la puerta. Si salen 10, entran 80», denuncian a OKDIARIO Andalucía fuentes cercanas al centro. Y cada vez que el Gobierno traslada a un grupo a la península para descongestionar el centro, se aviva el efecto llamada: «Logran que quieran venir más, es un despropósito».
El pasado sábado, abandonaban el CETI 49 inmigrantes rumbo a Andalucía. Los internos tomaron un ferry que les llevó a Algeciras para luego ser trasladados a centros de acogida en las provincias de Cádiz y Málaga. Entre ellos, una sola mujer, natural de Marruecos. Los varones procedían en su mayoría de países del África subsahariana y del Magreb, principalmente Argelia, Guinea o Sudán, aunque también había originarios de Siria, Túnez, Egipto, Mali, el Chad o Guinea-Bisáu. El 20 de agosto, otros 16 inmigrantes fueron trasladados a la península, en su mayoría de Mali, Marruecos y Sudán. Días antes, 14 residentes cruzaron el Estrecho para aliviar la sobreocupación del centro. El 6 de agosto salieron 65 más. Tres días antes, el Gobierno ordenó la salida de otros 46. En total, casi 200.
«La ecuación es sencilla. Y es real. Con la mismas que salen, entran. Cuando pasas por allí es como si estuvieran regalando golosinas en la puerta. De nada sirve que saques a 30 o 40 a la semana, porque tienes a 20 en la puerta y mañana a otros 20. En resumen, que si salen 10, entran 80. Es tontería», señalan fuentes conocedoras de la situación.
Además, desde hace unos meses se ha producido «un aumento sin precedentes» del número de internos de nacionalidad marroquí, que además del consiguiente problema de ocupación, trae consigo problemas de convivencia: «¿Marruecos acepta cierto número de devoluciones? Sí. Pero en el CETI se quedan el doble. Y Entre los marroquíes y los subsaharianos no se llevan bien, hay conflictos». En julio hubo una batalla campal entre subsaharianos y argelinos con cuatro detenidos y un hospitalizado.
«Es una situación muy complicada de manejar. Esto se está convirtiendo en un despropósito. El CETI se pone patas arriba y no da abasto Y cuando los sacas (a la península) creas el efecto llamada, haces que quieran venir más. De nada sirve que haya salidas si se están aceptando nuevos residentes a diario. Es la pescadilla que se muerde la cola. No tiene sentido», lamentan.
Las cifras oficiales de ocupación del CETI sólo se conocen por voz de la Delegación del Gobierno o del Ministerio de turno, ahora el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Este lunes, la delegada, Cristina Pérez, reconocía que Ceuta vive una situación de presión migratoria «extrema» y que la ciudad está «desbordada». Cifró en unos 800 los residentes en el CETI tras la oleada del domingo, con casi 1.500 intentos de entrada a nado por el espigón de El Tarajal. A principios de agosto, recordemos, el director del CETI de Ceuta presentó su dimisión.
Pero el centro de acogida de inmigrantes mayores de edad no es el único que se encuentra saturado. Actualmente, la ciudad autónoma acoge a 459 menores, lo cual supone una sobreocupación del 422%. Tan sólo en agosto han ingresado 219 personas. En junio se firmó un plan de contingencia para trasladar a 87 de ellos a otras comunidades autónomas, pero hasta la fecha, según el Ejecutivo local, sólo han sido derivados una veintena.
Este martes, el presidente de Ceuta, Juan Vivas (PP), ha vuelto a lanzar una llamada de «socorro» al Gobierno de Sánchez, ya que «a día de hoy se ha agotado ya el presupuesto de todo el año» para la atención de menores.
Temas:
- CETI
- Ceuta
- Inmigración ilegal