El virus del totalitarismo ‘feminazi’
Con buen sentido, el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, ha anunciado que prohibirá las manifestaciones convocadas para los días 7 y 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, al considerar que el centenar de concentraciones convocadas podrían reunir a más 60.000 personas, un riesgo inasumible para la Comunidad de Madrid que, pese al descenso en la incidencia de casos, sigue en riesgo extremo. Desde la Comisión 8M, más cercana a Podemos, la reacción no se ha hecho esperar: «El derecho a manifestación es un derecho democrático. Salimos durante los meses más duros de confinamiento a cuidar de nuestras vecinas, salimos a trabajar, salimos a consumir… Pero quieren prohibirnos salir a protestar. El movimiento feminista estará el 8 de marzo. El 8M estaremos presentes. Porque nuestras vidas siguen y el feminismo también».
La propia ministra de Igualdad, Irene Montero, mientras afirma que ella no acudirá para cumplir con las indicaciones sanitarias, anima a echarse a la calle. Según ella, «se está intentando «señalar» y «criminalizar» al feminismo. Lo que está haciendo Irene Montero es mover claramente sus hilos para que las manifestaciones y concentraciones se sucedan. De hecho, la Comisión 8M llama a manifestarse en cuatro puntos del centro de Madrid (Sol, Cibeles, Embajadores y plaza de Carlos V), en otros seis barrios de la capital (Puente de Vallecas, Latina, Moratalaz, Hortaleza, Arganzuela y Lavapiés) y en otros 19 municipios de la Comunidad (Parla, Getafe, Móstoles, Alcorcón, Majadahonda, Rivas Vaciamadrid, Coslada, San Fernando de Henares, Torrejón de Ardoz, Alcalá de Henares, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Collado Villalba, Navalagamella, Valdemorillo, El Escorial, Cercedilla, Galapagar y Colmenarejo). El que faltaba, el Sindicato de Estudiantes, también de extrema izquierda, agitaba las convocatorias en las redes sociales: «El delegado de Gobierno en Madrid prohíbe las movilizaciones del 8 de marzo como sucedía en la dictadura. Totalitarismo NO, basta ya de represión contra el movimiento feminista. El 8M nos vemos en las calles».
Parece evidente que Podemos atiza las manifestaciones en un claro desafío a las recomendaciones del Ministerio de Sanidad. Es lo de siempre: el sectarismo que les mueve es tan grande que no les detiene ni el riesgo que para la salud representa el 8M. No hay peor virus que el totalitarismo ‘feminazi’.