A: Pablo Manuel de Rato e Iglesias. De: Eduardo Inda (Carta a un patriota granadino)

A: Pablo Manuel de Rato e Iglesias. De: Eduardo Inda (Carta a un patriota granadino)
Pablo Iglesias en una imagen reciente (Foto: AFP).

Querido Pablo:

Suavito, muy suavito. Suavón, diría yo. Nada que ver con el Tyson de la política (mucha bravuconería y poca cabeza) que yo conocí. Así te he visto en las últimas semanas cada vez que la canallesca te invitaba a comentar los Papeles de Panamá, esa retahíla interminable de antipatriotas worldwide que se dedica a robar a sus conciudadanos por la vía de llevárselo crudo al paraíso fiscal de turno o al territorio offshore de guardia. Todo lo más que salió de tu boquita fue una patadita en la espinilla del ex ministro Soria. Nada de golpes bajos o KO’s. Suavito, suavito. Suavón, diría yo. «Quien aparezca en los papeles de Panamá debe explicarse de inmediato. No lo digo yo, lo dijo usted», fue lo más fuerte que le soltaste al canario que se tuvo que largar no por heredar legalmente una cuenta offshore sino por no decir la verdad cuando la cuestión era obvia más allá de toda duda razonable.

Y yo para mis adentros barruntaba: «Aquí hay gato encerrado». No por nada, tronco, simplemente es que no me entraba en la cabeza que tú, el tipo que se atrevió a soltar lo de la cal viva en sede parlamentaria, el valiente que se da el pico con el primero que pasa por su escaño, el protagonista de los epítetos más sonados, fuera gatito y no león. «Al barítono lo han convertido en castrato», charlaba malvadamente conmigo mismo sin descifrar la solución al enigma. El día que Soria conjugó en presente el verbo «dimitir», que vosotros no practicáis así os maten, no fuiste mi Pablo. El Pablo que yo conocí. El Pablemos de Esperanza Aguirre. «Deben explicarse, investigar y que pague lo ocurrido», soltaste temeroso de Dios, eso sí, apuñalando a una sintaxis que, definitivamente, no es tu patria. Tus tres patrias, ya lo sabemos, son Venezuela, Irán y, por lo que parece, las Islas Granadinas. Y por este orden.

Me tenías descolocado. Lo juro por el ídolo de Rita Maestre, Snoopy. «Éste no es mi Pablo, me lo han cambiado», rumiaba. Estuve por trincarme una pirula de ésas que te dejan como si la vida fuera bella. No me atreví. Ya sabes que soy patológicamente aprensivo. Y los lexatines, los tranxilium y demás medicamentos de la familia de las benzodiacepinas me dan pánico. Siempre pienso que me voy a quedar pallá. Hice mal. Porque hasta ayer he tenido que soportar un calvario mental: «¿Por qué mi Pablo está tan suavito con los evasores fiscales? ¿Qué le ha pasado? ¿Me lo han cambiado?».

Ayer, gracias a la mano de Dios que nos facilitó los papeles de Granadinas, me quité un muerto de encima. Ese enorme periodista de investigación que es Paco Mercado impidió que mi duda existencial terminase en tragedia. El documento del Ministerio de Finanzas de la dictadura venezolana que tanto admiras fue para mí un alivio aunque intuyo que para ti un dramazo: «El Gobierno de Maduro pagó 272.000 dólares a Pablo Iglesias en el paraíso fiscal de Granadinas en 2014». Tal vez por eso estuviste toda la mañana sin saber qué hacer hasta que a eso de la una de la tarde sacaste un comunicado amenazando con desatar contra OKDIARIO todos los males del averno.

«Ufffffff», suspiré aliviado. Ya entendía por qué ahora ibas por la vida de castrato. Era la solidaridad de los insolidarios fiscales. Cómo le ibas a montar un pollo de los tuyos al patriota panameño José Manuel Soria si tú, de acuerdo al documento de la dictadura bolivariana, eras un patriota granadino. Caribeños los dos. Entre bomberos no os vais a pisar la manguera. Te entiendo, te comprendo y hasta me das un poco de pena, amigo. Eso sí, no me pidas que me solidarice contigo porque la pasta que Monedero y tú pretendéis hurtar a la Hacienda de este país que queréis tomar al asalto es pasta que deja de ir a colegios públicos, a hospitales, a infraestructuras, a dependencia y a cientos de proyectos que contribuyen a redistribuir la riqueza, a equilibrar la sociedad y a hacer la vida feliz a la gente que peor lo pasa («lumpen» los llamas tú en un revelador vídeo colgado en Youtube).

Con Rato, otro patriota offshore, pero mucho más bestia que tú, tiene pastuki en 10 paraísos fiscales, tampoco es que te salieras del mapa. Ni me malinterpretes ni te enfades, pero eché en falta más contundencia con ese golfo de tomo y lomo que es el antaño ministro y hace no tanto director general del FMI. «Así acaba el hombre que nos llevó a la ruina», espetaste. A lo mejor hay declaraciones más fuertes pero yo no las he encontrado. Y mira que he gugueleado. Con tu Rodri también te entiendo: sois coleguitas.

Sé que por dentro no estás muy tranquilo. Y, qué quieres que te diga, me apena. Tantos años de tertulias han hecho que te termine cogiendo cariño. Pero tranquilo porque tus troncos periodistas (que son legión) te salvarán la cara diciendo que el documento es más falso que Judas, como hizo ayer un chico que va a las teles luciendo tatoos como si fuera un bad boy de la NBA olvidando que es más ancho que alto, que esto es una campaña porque vais a ganar las generales, que todos los procesos que se os han abierto se han archivado (te recuerdo que a los Albertos no hubo nadie con un par para condenarlos y con Pujol no hay dios que se atreva siquiera a imputarlo) y aquí paz y después gloria. También es falso el documento policial que te atribuye el cobro de 2 millones de euros de la teocracia iraní y el que prueba el cobro de 7 millones de euros largos de Venezuela. A mí, no sé que te parece, esto de intentar desmentir la realidad me recuerda a los peores tiempos pretéritos. A la peor de las alemanias, a la más infausta de las italias y a esa España que espero no vuelva jamás. No sé si sabes a qué me refiero pero cuando quieras te lo explico. Lo digo porque definitivamente la Ciencia Política no es lo tuyo: un sujeto que asegura que en Andalucía hubo un referéndum de autodeterminación en la Transición (ésta también te salió gratis) es física y metafísicamente imposible que conozca la peor de las coyunturas históricas de Alemania e Italia.

Ten cuidado. No es una amenaza. ¿Cómo te voy a amenazar yo que te quiero y te aprecio tanto? Viene esta afirmación a cuento porque como sostenía el más grande, Abraham Lincoln, «se puede engañar a todos un poco de tiempo, a unos pocos todo el tiempo, pero es imposible engañar a todos todo el tiempo». Eres tan mentiroso, tan charlatán, que el día que algunos superen la edad de la inocencia en la que están instalados te vas a caer con todo el equipo. Tus corifeos pueden ser gilipollas porque les niebla el sectarismo pero los españoles no. No te enfades. Lo saco a colación por tu bien. Insisto: yo te quiero.

Y aplaudo que nos interpongas una querella. Eso sí, espero que esta vez la metas de verdad. La anterior la esperé tan ansioso como cero nervioso y nunca arribó. La multimillonaria Carolina me amenazó en directo por aseverar lo obvio, que el CEPS es «la filesita de Podemos», Espinar se puso histérico «¿cómo puedes decir eso del secretario general de un partido?» y Tania me daba el coñazo día sí, día también, con las acciones judiciales que ibais a emprender contra este menda. Llegasteis a hacer un crowdfunding para pagarla, recaudasteis 20.000 pavos entre vuestras huestes, pero ni con ésas. Por cierto: ¿dónde está este dinero? ¿Os lo habéis quedado o lo habéis devuelto… pillín? Eso fue en el verano de 2014 y si te he visto, no me acuerdo. La querella que tanto me ponía que me pusierais ni está ni se la espera. La Justicia es lenta, sí, pero no tanto para tardar dos años en notificármela. Qué faena.

Espero que ahora cumplas. Tus amiguetes de la dictadura venezolana ya han salido a tu rescate negando la mayor. Normal: uno de los rubricantes de los pagos es el sobrinísimo Malpica. «¿Sobrinazo de quién?», se preguntarán todos menos tú. Normal: tú sabes perfectamente que es familia del number one, del sátrapa, del hombre que tiene encarcelados a 75 dirigentes de la oposición, de tu cuate Nicolás, el autobusero devenido en presidente que asesina a los disidentes en las calles y roba a manos llenas mientras millones de venezolanos pasan hambre. También le ha faltado tiempo para salir en tu defensa al banco offshore en el que te ingresaron los 272.325 del ala. Las prisas les han hecho meter la pata. A ellos o a un hacker. Y yo me descongojo a mandíbula batiente. Subraya este banco-lavandería que «Pablo Manuel Iglesias Turrión» no tiene cuentas a su nombre. Hahaha. ¿Pero cómo carajo sabe una entidad financiera situada en una república bananera offshore a nueve horas de vuelo de Madrid que Pablo se llama en realidad Pablo Manuel? ¡Si ni OKDIARIO ni el documento del Ministerio de Economía bolivariano hablan en ningún momento de «Pablo Manuel» sino siempre de «Pablo Iglesias»! Me parto. Antes los bolcheviques erais más finos en la manipulación y en el embuste. Tampoco me extraña: entre tú y Nicolás no juntáis dos neuronas.

Todos tus mamporreros dieron antes la noticia de tu temeroso mentís que la noticia en sí, lo cual demuestra el nivel de impunidad en el que operáis. Todo os sale gratis. Lo que no me extrañó fue tu reacción. Está por nacer el primer presunto corrupto que reconozca públicamente que es un corrupto. Urdanga sostiene desde el minuto 1 que su actuación en Nóos fue un prodigio de honradez. Cristina ídem de ídem. El PP enfatizó, enfatiza y enfatizará que la caja B no existía más que en la mente calenturienta de algunos pajeros verbales. Pujol que lo de sus milmillonarios trinques no es ni más ni menos que «una falsedad» y «un ataque a Cataluña». Rato que sus multiimputaciones y lo de sus 10 paraísos fiscales es una conspiración y fuego amigo. El Albondiguilla que los 10 delitos que penden sobre su cabeza son «fruto del empecinamiento del fiscal que no quiere dar su brazo a torcer pese a saber que es todo falso». Ignacio González que el dúplex de 496 m2 en Marbella lo adquirió con el dinero que él y su mujer han ganado «honradamente». Y los de las tarjetas black coinciden en que irte de viaje por todo el mundo, comprar bragas de lujo a tu esposa o a tu amante, darte masajes o inflarte a copas con cargo a una entidad financiera pública es lo más normal y legal del mundo.

En fin, espero que nos veamos en los tribunales. Tranqui, que no haremos sangre. Te trataremos bien porque nos caes bien. Para nosotros eres un chollo. ¡Si no existieras habría que inventarte! Eso sí: cuando pierdas la demanda o querella, no sé qué vas a interponer, ni tampoco si la vas a interponer, no llores como un niño lo que no has sabido defender como un hombre dentro del tribunal. Y, en el ínterin, dile a tus abogados que estén atentos porque en los próximos días saldrán más cositas… Un abrazo, querido Pablo Manuel de Rato e Iglesias.

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