Unas turistas españolas se ven atrapadas en una alerta por coronavirus en un vuelo a Moscú

Lo que habían sido unas placenteras vacaciones en Tailandia terminaron con un episodio de gran tensión para un grupo de turistas españolas. Su vuelo de vuelta a casa debía hacer una escala en Moscú, desde donde tomarían otro avión hacia Madrid. La calma de ese primer vuelo, de unas nueve horas, se rompió a mitad de ruta cuando el pasaje empezó a comprobar que algo no iba bien a bordo: los auxiliares de vuelo empezaron a ponerse guantes y a repartir mascarillas, mientras por megafonía oyeron la palabra «infección».

Faltaban varias horas para aterrizar en la pista del aeropuerto internacional Sheremétievo cuando los viajeros del vuelo Bangkok-Moscú presenciaron como un hombre de unos 70 años salía de uno de los servicios visiblemente desorientado. “Parecía que se había caído, que se había desvanecido en el baño”, cuenta a OKDIARIO una de las españolas que vivió la situación el pasado viernes. El hombre llevaba la camisa abierta y los pantalones desabrochados.

Rápidamente, varios asistentes de vuelo –ayudados por otros pasajeros- acompañaron al hombre hacia la parte trasera del avión. Le sentaron en la última fila y evacuaron a todos los pasajeros que iban en los últimos asientos, vaciando un área que quedó cubierta por cortinas. El incipiente nerviosismo del pasaje creció cuando comenzaron a ver que el personal de vuelo empezaba a ponerse guantes y mascarillas.

Tras unos minutos de desconcierto, los auxiliares comenzaron a repartir mascarillas entre el resto de pasajeros. Mientras, el comandante de la aeronave advertía por megafonía que debido a una posible “infección”, todos los viajeros deberían colocarse de inmediato las protecciones faciales. Nadie se quitó la mascarilla durante las horas restantes de vuelo hasta Moscú, tiempo en el que el personal del avión procedió a limpiar profusamente con desinfectante tanto el asiento donde viajaba el pasajero como las zonas que había tocado.

Tensión en Moscú

El avión tomó tierra sin esperas en la pista moscovita. Al pasaje, que mostraba evidentes prisas por abandonar la aeronave, se le informó de que no podía levantarse de sus asientos. No se les permitía salir y “tampoco nos daban explicaciones”.

Al poco de encontrarse estacionado el avión, subieron a bordo dos personas equipadas con trajes de protección biológica (EPIs) de color verde. Su imponente presencia terminó por desatar los nervios entre el pasaje al sospechar que podría tratarse de algo serio. Algo relacionado “con el coronavirus”, explican las testigos. “Nos dijeron ‘tranquilos, no pasa nada’, pero claro, si no pasase nada… esta gente no iría así vestida”, comentan rememorando el pánico que les produjo la situación.

Instantes después de que hiciesen acto de presencia los dos miembros del equipo médico, entraron al avión varios agentes de seguridad –con mascarilla- y una mujer –también vestida con un EPI-. La mujer llevaba en la mano una pistola infrarroja, un termómetro con en el que fue midiendo la temperatura de los pasajeros sin necesidad de tocarles.

Los viajeros de la zona trasera del avión vieron cómo al pasajero sospechoso se le inyectaba algo, y se realizaba un análisis pormenorizado de sus ojos y la boca. Fue apenas media hora de pruebas médicas, pero a los viajeros se les hizo “eterna”. “Nos dio mucha pena la forma en la que nos miraba el hombre al resto de pasajeros”, cuentan las testigos.

Tras ese periodo de retención, se les comunicó que deberían proceder al desembarque de forma rápida, ordenada y por la parte delantera de la aeronave. Las españolas pudieron recorrer las terminales de Sheremétievo con suficiente tiempo para tomar su vuelo de enlace a Madrid. Pero la tensión vivida a bordo, dicen, no se les olvidará fácilmente.

Dos casos en Rusia

El Ministerio de Sanidad ruso ha confirmado hasta ahora dos casos de contagio de coronavirus en todo su territorio. Ninguno de ellos en vuelos procedentes del extranjero, por lo que resulta descartable que el pasajero de este vuelo haya dado positivo por el n2109-CoV.

Rusia ha cerrado sus más de 4.000 kilómetros de frontera terrestre con China tras decretarse la alerta mundial por el coronavirus de Wuhan. Además, la gran mayoría de las aerolíneas chinas tienen prohibido aterrizar en aeropuertos rusos.

Sin embargo, las autoridades de Moscú han reservado la terminal F del aeropuerto de Sheremétievo para vuelos puntuales procedentes de China. Los pasajeros que llegan allí son analizados en profundidad antes de permitirles continuar su trayecto.

Mientras, en España sólo se ha confirmado un positivo por contagio del n2019-CoV: el del turista alemán de La Gomera, que tiene síntomas leves pero permanece en cuarentena junto con otros cuatro compatriotas.