Marisol, hija de una fallecida por coronavirus: «Al Gobierno le sobraban los mayores, espero que caiga»
"Están ocultado las cifras de muertos y cuando salgan los verdaderos nos asustaremos"
Marisol forma parte de una de las casi 40.000 familias que han perdido a un ser querido por coronavirus. Su madre, a pesar de su avanzada edad, era luchadora y no tenía problemas graves de salud. Ahora desea que el Gobierno vaya cayendo «como fichas de dominó».
La madre de Marisol se encontraba en una residencia. Emocionada, recuerda la impotencia de no poder verla más allá de videollamada y se queja de la falta de comunicación del centro de mayores con ella. Ante su empeoramiento, y tras insistir incansablemente, fue trasladada al hospital donde le comunicaron que se encontraba muy grave. «Mi madre era asmática pero no la llevaron al hospital. Estaba desorientada y llegó al hospital con los pulmones encharcados», relata entristecida.
Marisol es una de las ciudadanas que se ha adherido a la querella criminal contra el Gobierno de Pedro Sánchez, pero su dolor no acaba ahí, puesto que la situación le sobrepasa y, aunque intenta mantenerse firme, se derrumba en varios momentos de la entrevista.
“Están ocultado datos y cuando salgan los verdaderos nos asustaremos porque habrá más de cien mil», asegura. «Podría despotricar hasta lo indecible», confiesa.
Marisol espera que los gestores de esta crisis generada por el coronavirus paguen por ello y «caigan como un dominó, uno detrás de otro». «Creo que son unos sinvergüenzas», añade.
«Cuando esto ya estaba en Italia daba miedo, pero cuando dijeron que había un caso en la Gomera yo, que no soy política, pensé que se debían cerrar las fronteras porque con un caso ya se podía extender», afea sobre la falta de previsión del Gobierno.
«Ellos lo sabían desde antes de enero y han dejado que la gente se contagie»
Además, Marisol afirma que las intenciones del Gobierno iban más allá: «Ellos lo sabían desde antes de enero y han dejado que la gente se contagie. Lo primero porque les sobran los más vulnerables como mi madre y por eso han dejado que lleguemos a este punto. Se han quitado de en medio a gente que les estorbaba», asevera. Además, considera que los políticos no han tenido respeto por las familias: «No hay más que ver cómo se ríen en el Congreso».
Ella, como otras familias, han encontrado refugio en asociaciones como la Plataforma de Afectados por el Covid-19, donde un grupo de juristas, periodistas y ciudadanos han decidido crear un espacio para asesorar a las víctimas.
La dureza del duelo
Uno de los momentos más duros para las familias durante esta crisis es la imposibilidad de velar a sus seres queridos. El colapso de funerarias y cementerios, han impedido un normal funcionamiento que ha provocado todo tipo de problemas o, incluso, confusión de cuerpos.
Marisol tuvo mayor fortuna puesto que el fallecimiento de su madre se produjo en un momento donde sí pudo incinerarla. «La enterramos en una urna junto a mi padre. No la he podido velar y estamos esperando a la misa, pero he tenido suerte», reconoce.
«Me fui abrazada a la urna junto a mi marido y mi hijo y metí yo misma la urna en el nicho», recuerda con lágrimas en los ojos, conociendo que muchos no han podido hacerlo de esta manera.
Problemas en la residencia
Marisol lamenta, además, la falta de control que ha existido en muchas residencias como en la que se encontraba su madre. «Yo llevé una carta a mi madre y la trabajadora se la leyó a menos de un metro y sin mascarilla», asegura.
Los centros de mayores han vivido un auténtico caos durante la pandemia donde no han podido gestionar los miles de casos que se han encontrado.
Además, las circunstancias se han visto agravadas por la decisión de los hospitales de dar prioridad a los pacientes más jóvenes en detrimento de los de avanzada edad. Esto ha provocado que las residencias de ancianos hayan tenido que atender en sus facilidades a las personas mayores a pesar de no contar con material sanitario ni personal médico suficiente para ello.
Los mayores son, sin duda, la población más vulnerable de la pandemia. Se sabe ahora y se sabía ya desde que se conocieron los contagios en China. Pese a ello, Sanidad renunció a aplicar medidas específicas para proteger estos centros. Las residencias, anticipándose a lo peor, llevaban hasta tres semanas reclamando protocolos detallados para hacer frente a un virus que por entonces ya se hacía notar en nuestro país. Mientras, las autoridades sanitarias negaban riesgo de contagios y una emergencia sanitaria.