Molinos de viento como retiro espiritual para el viajero
La llegada de la tecnología o de nuevas instalaciones ha provocado que viejos edificios hayan pasado a ser inservibles. Cuando esto sucede, hay tres opciones. La primera es demolerlos, la segunda abandonarlos y la tercera reacondicionarlos. Los molinos de viento antiguos (no los actuales de las centrales eólicas) son un buen ejemplo de ello.
Como bien sabe el viajero, su función no era otra que moler grano. Hace tiempo ya que quedaron obsoletos. Pero algunos de ellos han sido reacondicionados. Así se frena el deterioro y cumplen una nueva función. En el caso de los que nos ocupan: para el alojamiento de visitantes.
Molinos de viento en Santorini. Un gran plan
Si bien es cierto que visitar la isla griega de Santorini ya es un lujazo, alojarse en molinos de viento es un paso más allá. Los dos que ocupan nuestra atención se encuentran en un espacio de 1.500 metros cuadrados con vistas al mar Egeo. Se localizan entre las localidades de Fira y Oia, no muy lejos de la Iglesia de Analipsi.
A pesar de ser molinos, cuentan con el lujo y confort necesarios para pasar una estancia excepcional. Cada molino tiene tres plantas. En la baja se encuentran la cocina, el comedor y el salón. En la primera hay un dormitorio. Mientras que en la superior -en forma de cono- se halla el otro dormitorio. Por supuesto, hay un baño en cada planta, a las que se accede por una escalera adosada a la pared.
Como se puede observar, el conjunto dispone de piscina, hidro-masaje con capacidad para cuatro personas, así como una pérgola con hamacas y tumbonas.
Sin duda se trata de una opción perfecta para el viajero que quiera descansar y relajarse. Los molinos de viento están relativamente alejados de la población y, por lo tanto, será mejor alquilar un coche para recorrer la isla. Tienen capacidad para 5 personas y el precio es de 308 euros por noche.