Una joya natural cerca de Madrid: lo llaman el pueblo de las cascadas y está en Castilla-La Mancha

Cerca de Madrid tenemos una joya natural que se conoce como el pueblo de las cascadas situado en Castilla-La Mancha. Podemos realizar este verano las más increíbles escapadas prácticamente sin salir de casa. No habrá excusas que valgan cuando lo que queremos es descubrir un lugar en plena naturaleza que nos apasione, en este caso se llama el pueblo de las cascadas porque es uno de los que posee más de estos elementos naturales que necesitamos empezar a visualizar en vivo y en directo.

El contacto con la naturaleza es algo que nos puede hacer inmensamente felices, necesitamos descubrir ese elemento que puede acabar siendo el que mejor se adapte a nuestras necesidades. Por lo que tenemos que buscar esos sitios en los que poder desconectar un poco de todo y disfrutar de una escapada que nos ayude a equilibrar el cuerpo y la mente. Poder caminar un poco por la naturaleza y sentir ese elemento tan especial, esa agua que es vida, puede ser todo lo que necesitamos en este preciso momento que guardamos en nuestro interior y que puede ser lo que marque la diferencia.

Cerca de Madrid hay una joya natural

Hay una joya natural cerca de Madrid o varias dependiendo de cómo se mire. La capital de España puede llegar a ser lo que marque la diferencia, por lo que, podemos empezar a crear una serie de elementos que son claves. Esa naturaleza esencial que necesitamos rodea este punto céntrico de España.

En esencia, podemos encontrar la escapada perfecta sin necesidad de gastar de más. Solo debemos concentrarnos en buscar un enclave que cumpla con todas las necesidades que tenemos. De esta manera conseguiremos aquello que queremos un cambio de rumbo que puede ser fundamental.

Este pueblo puede acabar siendo lo que marque la diferencia en todos los sentidos. Un rincón muy especial con un paisaje que nos permitirá recuperarnos después de un año de plana actividad. Justo lo que necesitamos para empezar a poner en orden algunos elementos que son claves y que quizás debemos poner en práctica.

Habrá llegado el momento de empezar a prepararnos para viajar y para hacerlo, nada mejor que un detalle que puede acabar siendo lo que marque el verano ideal que buscamos. Este pueblo de Castilla-La Mancha es espectacular, nos encanta su historia, gastronomía y paisaje.

Este es el pueblo de las cascadas y está en Castilla-La Mancha

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Castilla-La Mancha es una comunidad autónoma ideal para perderse y descubrir la esencia de la naturaleza en todos los sentidos. Podemos tener muchas ganas de visualizar una serie de elementos que nos apasionan. Te proponemos las cascadas del llamado pueblo de cascadas o Trillo como buen plan para este verano.

La historia de este municipio nos apasionará tanto como sus cascadas: «Ya en tiempos de los romanos Trillo era una ciudad conocida, situándose en la región fronteriza entre Carpetania y Celtiberia. Su poblamiento se consolida tras la conquista, a finales del siglo XI, en tiempos de Alfonso VI, pasando a formar parte del Común de la Villa y Tierra de Atienza y rigiéndose por su Fuero. El Infante Don Juan Manuel, en 1325, construyó el castillo cuyas ruinas coronan el núcleo. A mediados del siglo XV pasa a la jurisdicción de los Condes de Cifuentes, hasta que, en 1630, Trillo es declarado Villa con jurisdicción propia. Durante este tiempo, la comarca se puebla de magníficos ejemplos de arquitectura románica, como las iglesias de Viana y de La Puerta. La arquitectura cisterciense, con centro en el monasterio de Ovila, se extiende por estas tierras de frontera produciendo ejemplos tan singulares como la ermita de Morillejo. En el siglo XVI, años de Renacimiento pleno, se construyen los magníficos edificios de las iglesias de Trillo, Azañón y Morillejo. Mientras, los núcleos se conforman como excepcionales conjuntos de arquitectura popular de piedra y de entramados de adobe y madera, entre los que destacan las casonas solariegas de las que se conservan singulares ejemplos en Trillo y Azañón. Trillo, fue durante siglos un próspero poblado y en 1580 su población alcanzaba los 320 vecinos, según el censo realizado por el Rey Felipe II. Su decadencia llegó a principios del siglo XVIII con la Guerra de Sucesión. Se talaron sus montes y sus plantíos, se destruyeron sus ganados y colmenas, fueron quemadas las maderas de su tráfico y más de doscientas casas, decayendo la población en 1752 a 82 vecinos».

Te espera una cascada conocida en todo el pueblo de lo más relajante y refrescante, además de un buen plan para estos días que estamos a punto de iniciar. Toma nota del nombre de este pueblo con una historia, paisaje y también gastronomía que debes degustar este verano o cuando tengas tiempo para una escapada.