Arantxa Coca: «El mejor antídoto para la ansiedad es la información»
Los expertos en salud mental están de acuerdo en que, entre otras cosas, la pandemia ha provocado en los individuos ansiedad, miedo, malhumor, angustia, aprensión, obsesión por las RRSS e incluso ganas de no volver a salir de casa.
Tener una rutina nos da una sensación de control ante el mundo estresante y caótico en el que vivimos. La aparición de la Covid-19 y las medidas que se están implementando y cambiando constantemente para detener el contagio producen inseguridad que, en ocasiones, infravalorando las herramientas que poseemos para afrontar la nueva situación vital, desencadena en reacciones de pánico.
Arantxa Coca, reputada psicóloga española, nos alerta de cómo la depresión se disparó a nivel mundial con la pandemia. «La ansiedad ha aumentado más de un 50%. Hay 75 millones más de personas con trastorno de ansiedad”. La receta que ella nos da es “contener la tristeza”, sabiendo que «una persona con tristeza necesita que validemos sus sentimientos». Esa validación calma la angustia.
Nos asegura Arantxa Coca que «el mejor antídoto para la ansiedad es la información», si bien «la sobreinformación es un problema».
No es bueno ni se puede menospreciar y negar el riesgo real de la situación, así como tampoco sobredimensionar cualquier dato o detalle. La información debe ser fiable y proveniente de organismos oficiales y especializados.
La realidad es que nuestra vida ha cambiado y con ella nuestros hábitos, incluso la manera de relacionarnos socialmente. Hemos creado vidas sociales paralelas. Muchos viven en una policonexión irreal.
Ahora la población está muy polarizada en blancos y negros. Una parte no quiere salir de casa porque es su zona de confort; otra no quiere entrar porque quiere disfrutar todo lo que pueda.
Los efectos son todavía mayores en los jóvenes. Son los más castigados por la depresión porque sienten que pierden una oportunidad. Todo se ve trucado: viajes cancelados, 0 contacto con amigos, la responsabilidad de no contagiar a sus mayores.
Con la pandemia también ha aumentado el uso de las RRSS. Cubrían el vacío de no socializar en persona y permite proyectar una imagen anhelada, aunque no se corresponda con la realidad personal. Fruto de ello, las RRSS han generado y generan una presión en cuanto a la propia imagen y lo que proyectamos. Arantxa Coca nos aclara que «el objetivo último de las RRSS es tener éxito. El éxito es estar con gente y ser valorado por los demás creando una identidad virtual».
El problema está cuando la identidad virtual supera a la real y nos vemos devorados por ella sin darnos cuenta. En esos casos es importante que las personas cercanas alerten de la imagen que estamos proyectando.
Otro de los problemas que se han acentuado a causa de este uso abusivo de las RRSS es la deslealtad a la pareja y, por consecuencia, crisis. Sentir que hay un universo de posibilidades empuja a una mayor intolerancia en la relación de pareja. El nivel de exigencia se dispara al comparar con las posibles oportunidades de seres virtuales que sólo la nube sabe cuánto se aproximan a la realidad.