La serie documental se ha estrenado en enero en Netflix

‘Supongamos que Nueva York es una ciudad’, una guía de Fran Lebowitz y Martín Scorsese

Supongamos que Nueva York es una ciudad
Supongamos que hablo de Nueva York
Carmen Fernandez Etreros
  • Carmen Fernandez Etreros
  • Carmen Fernández Etreros es licenciada Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y en la actualidad redactora de la sección de Series en Okdiario. Como periodista ha colaborado con numerosos medios de comunicación como el diario ABC, Informativos Telecinco o la Gaceta Complutense. Ha trabajado también en el sector editorial como redactora, correctora y editora. Autora de las novelas gráficas de la editorial Oberon 'Galdós, un escritor en Madrid' y 'Emilia, de la oscuridad a la luz'.

Una de las series documentales que está sorprendiendo más este mes de enero Supongamos que Nueva York es una ciudad estrenada por Netflix. La crítica y ensayista Fran Lebowitz habla sin rodeos sobre la ciudad que nunca duerme, lanzando las opiniones que lleva expresando desde hace décadas. El director Martin Scorsese, amigo de toda la vida de Lebowitz, también opina sobre esta ciudad a la que adora y que conoce muy bien.

Dos personajes que opinan sobre la ciudad de Nueva York y sorprenden con sus comentarios divertidos y no tan divertidos. Todos los que en alguna ocasión han estado en la ciudad disfrutarán con sus comentarios sobre las placas en el suelo de las calles, su estilo de vida, sus habitantes, los móviles, el metro o el ruido de la ciudad.

La ciudad del ruido

Fran Lebowitz tiene muy claro lo que le gusta y lo que no y lo cuenta sin tapujos en Supongamos que Nueva York es una ciudad. La ensayista lanza sus opiniones con un tono un tanto críticón pero certero. Su forma de hablar sin rodeo se convierte en una manera de no dejar títere con cabeza.

Los pensamientos de Lebowitz se convierten en una guía divertida y muy completa sobre la vida en Nueva York. Los turistas y su forma de colonizar la ciudad, la manera de caminar por las calles de los transeúntes mirando el móvil o la vida cultural de la ciudad. A lo largo de la serie, va contando anécdotas de su pasado como su infancia o su forma de pensar sobre el talento que necesitan los artistas. Una vida caracterizada por una curiosidad infinita, una gran capacidad para la crítica y una gran independencia.

Supongamos que Nueva York es una ciudad
Supongamos que Nueva York es una ciudad

Una mujer llamada Fran Lebowitz

La ensayista y escritora nació en Nueva Jersey en 1950, Lebowitz llegó a Nueva York con 18 años y el propósito de ser escritora. Al principio tuvo que trabajar para ganar dinero en oficios como limpiadora, chófer o taxista, pero con 21 años empezó a colaborar con la revista Changes y pronto fue fichada por Andy Warhol como columnista de Interview.

En 1978 publicó su primer libro, Metropolitan Life, una colección de artículos cómicos en gran parte publicados previamente en las revistas Interview y Mademoiselle, al que siguió Social studies (1981). Asidua del Studio 54, empezó a colaborar desde sus primeros tiempos en el show televisivo de David Letterman. Se ha mantenido activa como columnista en revistas como ‘Vanity Fair’, como conferenciante e incluso como actriz, con el papel recurrente de la jueza Janice Goldberg en la serie ‘Ley y orden’ (2001-2007).

Lebowitz es conocida por su estética masculina y por ser una enemiga declarada del móvil y el ordenador hasta el punto de no tener ninguna de las dos cosas. Como escritora solo volvió a publicar un libro infantil en 1994, M. Chas and Lisa Sue Meet the Pandas. Ha sido comparada por Dorothy Parker por su ácida mirada sobre la sociedad neoyorquina.

La amistad con Scorsesse

La amistad y complicidad de la escritora de 70 años y el director de cine Martín Scorsese es una constante en toda la serie documental y en su vida. Martin Scorsese nació en Nueva York en 1943 y ha trabajado como director, guionista y productor de cine con una trayectoria de más de cincuenta años. Su infancia en Little Italy marcó su obra en sus primeros años. Destacan películas comoTaxi Driver, Toro Salvaje, Casino o El irlandés.

Aparte de su aparición anecdótica en la película El lobo de Wall Street (2013), Fran Lebowitz fue la estrella de un primer documental que Scorsese estrenó en 2010 en la plataforma de streaming HBO llamado Public Speaking. Este incluía monólogos de la escritora y conversaciones con el cineasta grabadas en su bar favorito, el Waverly Inn.

Supongamos que Nueva York es una ciudad es una continuación de esa conversación que mezcla el director con apariciones de Lebowitz en programas televisivos y charlas con público e imágenes de archivo de ese Nueva York de los 70. Una época dorada que califica como genial en la que convivían Charles Mingus y los New York Dolls, previo a la invasión de los móviles y las tumbonas de Time’s Square.

Un buen documental

Siete episodios de 30 minutos en los que las anécdotas de la vida personal de Lebowitz se entremezclan con su visión de Nueva York. Cada uno se estructura por tema como cultura, transporte urbano, deporte y salud o gestión presupuestaria que en realidad solo son una excusa para que Lebowitz hable de lo que le dé la gana.

Una delicia para los amantes de Nueva York, del humor de Lebowitz y de esa complicidad entre el director y la escritora. Un documental increíble en el que se ven imágenes del Nueva York del siglo XX con caballos y calles despejadas de coches. Opiniones impactantes como «el Dalai Lama necesitaría un solo viaje en metro para convertirse en un lunático furioso» sorprenden a los espectadores.

Supongamos que Nueva York es una ciudad es una guía divertida del pasado y del presente de una ciudad de la que en el fondo nadie se quiere marchar. En un momento del documental Lebowitz explica: “La gente a menudo me pregunta por qué sigo aquí. Y yo contesto: ‘De acuerdo, ¿qué otro lugar sugieres?’ El caso es que si se me ocurriera un sitio mejor ya estaría allí”.

 

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