‘El Marqués’: un crimen real para una serie en la que destaca un impecable Víctor Clavijo
Ya se ha estrenado El Marqués, la nueva serie de Telecinco que ha sido, merecidamente, un éxito de audiencia. Un true crime de época muy bien realizado, con una fotografía impecable. La trama es adictiva, bien dialogada, y camina en dos tiempos (1975 y 1977) sin que el espectador se pierda. Todo gira en torno al crimen de Los Galindos, un suceso que conmocionó a la España de la época con el asesinato de cinco personas en el pueblo sevillano de Paradas. El guión recrea muy bien los conflictos personales y sociales en unos años cruciales para nuestro país. Aquí nos encontramos de todo: un misterio que resolver, lucha de clases, costumbrismo, rivalidades familiares e incluso romance. Hay una buena labor de casting pero todos los halagos deberían recaer en Víctor Clavijo, uno de los actores más talentosos de nuestro país pero también de los más infravalorados. Un intérprete que vuelve a demostrar una profesionalidad mayúscula al dar vida a un personaje tan antipático y oscuro como interesante. ¿Por qué hay actores más mediocres que son auténticas estrellas que no para de trabajar mientras que otros, muy buenos, no consiguen el reconocimiento masivo que merecen?
¿De qué trata ‘El Marqués’?
La trama de la serie se desarrolla en dos líneas temporales: una en 1977 cuando el joven periodista Onofre (José Pastor) regresa a su pueblo natal para escribir una artículo sobre el suceso y encuentra una sociedad traumatizada y dividida, familias enfrentadas y un camino que le llevará a sacar nuevas conclusiones y confrontarse con el otro gran protagonista de la serie: el marqués, don Rafael Pertierra y Medina (Víctor Clavijo); y otra que retrocede hasta 1975, para centrarse en las siete semanas que precedieron al crimen de Los Galindos y tejer, prestando atención a diversas teorías y testimonios, una intriga en torno a la pregunta ¿Cómo pudo llegar a ocurrir aquello?.
Con el contraste entre sus dos tramas principales, El Marqués muestra además el radical giro cultural, político y social que, no sin tensiones, dio España en muy poco tiempo. La confrontación final retrata el duelo entre esas dos Españas: la que lucha por el futuro y la que no quiere soltar las riendas, tratando de mantenerse en el pasado.
Hay que destacar que el crimen real no se llegó a resolver pero que, según nos contaron los responsables de la serie en su presentación, en El Marqués sí se da una respuesta al misterio, cosa que es de agradecer. Este es el poder de la ficción.
Una serie muy digna
Con su primer capítulo, El Marqués , de momento, es todo lo que se le puede pedir a una serie en abierto. Se ve con facilidad aunque no toma por tonto al espectador. El guión hace una gran labor de funambulismo entre lo explicativo y lo sutil, haciendo una apuesta por un costumbrismo veraz pero no tedioso, y eso que no es una historia fácil de narrar. También se agradecen las referencias políticas y sociales de la época y de la región que enmarcan la trama.
Los dos tiempos narrativos se distinguen a la perfección gracias a una fotografía inteligente y llamativa. Para la trama de 1975 se apuesta por una imagen quemada y de tonos amarillentos, mientras que para la de 1977 domina el azul más frío. También habría que destacar, en este apartado, la buena labor de maquillaje, peluquería y vestuario para diferenciar sendas líneas temporales.
La historia es clásica: el hijo pródigo que regresa a su hogar para investigar un crimen y enfrentarse a su propio pasado. Una excusa narrativa mil veces utilizada (el último ejemplo lo encontramos en la fallida Las largas sombras, en Disney +) pero que aquí no molesta ya que la trama es mucho más que eso. El Marqués reflexiona sobre la conciencia de clase, el abuso de poder, la decadencia de una estructura social frente a los nuevos cambios políticos.
Víctor Clavijo, el actor que debería ser más
El personaje protagonista (aquel que sirve de guía para el espectador, el que cuenta la historia) es Onofre (José Pastor) , el que acapara toda la atención es el principal (aquel que detona la trama), en este caso, Rafael Pertierra y Medina- El Marqués-. Además de que está muy bien escrito, el personaje brilla gracias al actor que le da vida. Víctor Clavijo nos regala un recital interpretativo envidiable. Un eterno secundario con voz prodigiosa que es, muy posiblemente, uno de los actores más subestimados de nuestro país.
Clavijo arrancó su carrera televisiva de la mano de El Fary en la serie de Antena 3 Menudo es mi padre. De ahí pasó a la mítica Al salir de clase, en Telecinco. Le hemos visto en series como Hermanos y Detectives, Mujeres o La señora mientras que en cine ha participado en cintas como Los lobos de Washington (1999), de Mariano Barroso; El alquimista impaciente (2002), de Patricia Ferreira; El regalo de Silvia (2003), de Dionisio Pérez; La vida que te espera (2004), de Manuel Gutiérrez Aragón; El año de la garrapata (2004), de Jorge Coira o GAL (2006), de Miguel Courtois entre otras.
Siempre ha sido un secundario de renombre pero si le preguntas a cualquier persona de la industria te dirá que Clavijo es una bestia interpretativa, y es cierto. Alguien con su talento debería estar trabajando más. No es justo que intérpretes muchísimo más mediocres estén en la cresta de la ola. Eso sí, sólo espero que a Clavijo le tengan en cuenta en la próxima temporada de premios. Hay una escena en el primer episodio, por ejemplo, que ocurre en un establo que debería enmarcarse en las escuelas de arte dramático,Esa frase que pronuncia su personaje – «Cómo se nota que los de campo no os laváis mucho»- pone los pelos de punta.