La Policía busca con perros en el vertedero de Toledo al menor de los primos desaparecidos
La Policía busca con perros en el vertedero de Toledo al menor de los primos desaparecidos. Los guías caninos peinarán la fosa donde el 15 de diciembre se halló el cadáver del mayor de los dos primos desparecidos en Madrid. Les seguirán operarios y policías equipados con trajes de protección para evitar los gases que se desprenden de los residuos, con el apoyo de una retro excavadora que removerá miles de toneladas de basura.
Las tareas de búsqueda han arrancado a las 8:00 horas de este martes, tras días de espera para recibir la autorización pertinente y reunir el equipo y la maquinaria que exige el rastreo.
Los dos menores desaparecieron el pasado 10 de diciembre en un supermercado del distrito madrileño de Carabanchel, en la calle General Ricardos. La Policía sopesó desde el principio la hipótesis de la desaparición voluntaria, tras confirmar las cámaras que detectaron a los dos menores en Carabanchel, en otros puntos de Madrid, en la estación de Toledo y en un centro comercial de la ciudad castellano manchega. En todas las imágenes, y también según el relato de los testigos, los dos menores se encontraban solos, en buen estado y se conducían de forma voluntaria. De hecho, los investigadores creen que los dos chicos fueron hasta Toledo para intentar visitar a una exnovia del mayor de ellos.
Los agentes sabían que los dos primos desaparecidos estaban con vida el 11 de diciembre, y ahora se afanan en reconstruir sus pasos para averiguar como al menos uno de ellos acabó en la cinta del vertedero del Ecoparque el 15 de diciembre. La identificación de Fernando de 17 años, se retrasó hasta el 21 de diciembre. Fue a través del cotejo necrodactilar, y posteriormente su familia reconoció en fotografías un tatuaje del menor. El día 22 el juzgado paralizó la actividad del vertedero y autorizó la búsqueda de Ángel de 11 años, el menor de los primos.
La autopsia de Fernando, a la espera de los análisis de toxicología, no halló signos de violencia en el cuerpo del menor y determinó que falleció de asfixia no mecánica, descartando un homicidio por estrangulamiento entre otras cuestiones.
La familia, entretanto, va a solicitar una segunda autopsia, ya que no creen que los menores terminaran de forma accidental dentro de un camión de basura, ya sea por buscar refugio en un contenedor o por otra razón. Mientras, la Policía aunque mantiene como principal hipótesis la huida voluntaria y la muerte accidental, intenta averiguar como se produjeron los hechos bajo el paraguas del secreto de actuaciones decretado por el juzgado. Para ello han formado un equipo conjunto de investigadores de las jefaturas de Madrid y Toledo bajo la supervisión de la Unidad para la Familia y el Menor (UFAM) de los servicios centrales.