CORRUPCIÓN POLICIAL

La Policía busca en los hospitales al socio del jefe de la UDEF que escapó: padece insuficiencia renal

Un chivatazo del jefe de la UDEF permitió huir a los cabecillas de los narcos

El jefe de la UDEF ocultó otros 17 millones en criptomonedas que no se han podido recuperar

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Ángel Moya

La Policía rastrea los hospitales de España buscando al socio del jefe de la UDEF que consiguió escapar de la operación policial. El hombre, de edad avanzada, sufre un problema renal grave que necesita cuidados permanentes. Un chivatazo del inspector jefe de la UDEF, Óscar Sánchez, según los investigadores, fue lo que le permitió escapar del operativo que terminó con la detención de 15 presuntos narcos, entre ellas el jefe de la UDEF y su mujer, también agente de la Policía Nacional.

Además de este hombre, el principal socio del jefe de la UDEF, que podría haber recibido atención médica en algún hospital de España, la Policía  también busca a una mujer. La fugada está relacionada con las dos empresas de importación situadas en Almoradí y El Campello. Según la Policía, esas dos empresas funcionaban de tapaderas legales para traer a España toneladas de cocaína desde Latinoamérica. La droga iba oculta en contenedores marítimos de fruta que las empresas traían desde Suramérica.

Estos dos no son los únicos fugados en la operación policial. Aún quedan por localizar y detener a varios testaferros que trabajaban para la trama y también para el jefe de la UDEF. La mayoría se encuentran en el extranjero lejos de la acción de las unidades de Asuntos Internos y la UDYCO Central de la Policía, las dos cabezas visibles de la investigación. Esos testaferros son de los que supuestamente se ha servido el jefe de la UDEF de Madrid para ocultar sus ganancias millonarias en el mayor caso de corrupción policial conocido, al menos por el volumen del dinero corrupto.

Buscando el dinero del policía y sus socios

El otro objetivo fundamental de la Policía ahora, es hallar y requisar el resto del botín que acumuló el agente presuntamente corrupto. A los 20 millones hallados en los registros de su despacho y sus dos chalets en Villalbilla (Madrid) y Denia (Alicante), se suman más de 17 millones de euros en criptomonedas que no se han podido recuperar hasta el momento.

Ese dinero está vinculado a cuentas radicadas en el paraíso fiscal de Dubái, junto a gran parte del botín de la banda de narcos que operaba en España a las órdenes del cártel de los Balcanes. Se calcula que la organización habría amasado un tesoro de cerca de 200 millones de euros gracias al tráfico de cocaína desde Latinoamérica a España. Ese inmenso botín sigue oculto en el país árabe junto a las presuntas ganancias del jefe de la UDEF.

Una comisión rogatoria

De hecho, desde la Audiencia Nacional ya se ha enviado una comisión rogatoria a sus homólogos de Dubái con la intención de bloquear y recuperar las ganancias de los narcos, sin éxito de momento.

Los agentes también buscan otra vivienda en las cercanías de Madrid que podría contener más millones de euros emparedados al estilo del chalet de Villalbilla del jefe de la UDEF. Una hipótesis remota que de momento no tiene respaldo en las investigaciones policiales.

Se reunía con narcos junto a la Jefatura

El jefe de la UDEF de Madrid detenido por corrupción y tráfico de drogas tenía miedo de sus socios. El presunto agente corrupto creía que el lugar más seguro para reunirse con la cúpula de los narcos era un bar situado a menos de 50 metros de distancia de la Jefatura Superior de la Policía de Madrid. La detallada investigación de sus compañeros de Asuntos Internos ha probado que las «reuniones organizativas» de la célula del clan de los Balcanes a la que supuestamente pertenecía el inspector jefe de la Policía se realizaban en ese establecimiento. A ese bar acudían los narcotraficantes a pagar sus mordidas millonarias al agente.

Allí, en este bar frecuentado por otros policías, el jefe de la Unidad contra los Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) recibía presuntamente su «sueldo» de los narcotraficantes. Las entregas se hacían en fajos de billetes metidos en una especie de mochila; el inspector recogía la entrega y se llevaba los fajos de billetes tranquilamente a su despacho en la segunda planta de la Jefatura de la Policía situada a unos metros de distancia.

Allí, utilizando las máquinas de conteo y empaquetado de dinero de la Policía, el jefe de la UDEF contaba su botín y lo dejaba listo para emparedar los paquetes de dinero en sus chalets.

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