Los vecinos de Sant Llorenç des Cardessar recuerdan con impotencia la inundación de anoche

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OKDIARIO en Sant Llorenç des Cardessar.
Joan Guirado

Con la luz del sol, los estragos causados por la riada en Sant Llorenç des Cardessar (Mallorca) son más visibles y devastadores que anoche. Los vecinos intentan volver a la normalidad, con dificultades, y con lágrimas en los ojos.

Con escobas y palas retiran el agua y el fango que en algunos casos alcanzó el metro y medio de altura en las viviendas más cercanas al torrente que se desbordó. Lo han perdido prácticamente todo: los muebles, electrodomésticos, herramientas, el coche y hasta en algunos casos la vivienda. Y se quejan de la falta de ayuda y consejos sobre qué deben hacer ahora.

Los vecinos de este pequeño pueblo del levante mallorquín recuerdan con tristeza e impotencia el momento en el que el agua turbia del torrente se hizo con el control de las calles de su localidad, llevándose por delante todo lo que se encontraba a su paso. Vehículos colocados hasta en tres niveles uno sobre el otro, árboles de grandes dimensiones a cien metros de donde estaban plantados o incluso paredes de algunas casas.

José Flaquer, un vecino a quién encontramos limpiando de barro el garaje que utiliza como taller, nos explica entre lágrimas como ayudo a salvar la vida de dos personas que viajaban a bordo de un vehículo por una de las calles principales del pueblo. La colaboración vecinal fue clave para evita una tragedia mayor.

Su hijo, junto con otros vecinos, participó en una cadena humana que ayudó a una familia con muchos hijos a sacarlos del interior de la vivienda por el tejado para ponerlos a salvo. Minutos más tardes, fueron trasladados al pabellón de Manacor donde pasar la noche.

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