Una tienda de Barcelona tiene la receta contra los turistas que sólo miran y cuesta cinco euros
El establecimiento ha colocado un cartel disuasorio para curiosos
Cuál es el restaurante más antiguo de Barcelona
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Una famosa charcutería de Barcelona ha colocado un cartel para ahuyentar a aquellas personas que sólo entran y miran evitando así que el local se llene de curiosos que al final no consumen. La advertencia, escrita en inglés, informa que todo el que quiera visitar el establecimiento y no compre nada deberá pagar cinco euros. «Visit just looking (inside), 5 € x person, thank you»(Visita para solo mirar (interior), 5 € por persona, gracias).
Ahora bien, ¿como se llama este negocio y donde se sitúa? Se trata del histórico colmado Múrria Queviures, fundado en 1898, y ahora reconvertido en charcutería/restaurante. Reabrió sus puertas de nuevo tras la pandemia en el año 2022 manteniendo su esencia tradicional e incorporó en la zona de restauración al chef Jordi Vil que cuenta con una estrella Michelin por su restaurante Alkimia.
El establecimiento cuenta con cuatro espacios: la tienda charcutería especializada en productos gastronómicos catalanes e internacionales, el restaurante informal y de tapas con capacidad para 25 comensales, un restaurante de «alta gastronomía» con dos menús degustación con capacidad para ocho comensales, y un ‘speakeasy’ con capacidad para 10.
El negocio, situado en el barrio del Eixample en la ciudad condal, abre de martes a sábados entre las 10 y las 24 horas y sirve desayunos, aperitivos, comidas y cenas.
El restaurante más antiguo de Barcelona
A pesar de que el Múrria Queviures abriera sus puertas en el siglo XIX existe otro establecimiento de restauración en Barcelona que le gana en antigüedad. Se trata del Can Culleretes un restaurante nacido en el año 1786. Sus rincones respiran historia porque tiene una larga trayectoria a sus espaldas. En 1958 lo cogió la familia Agut que siguió con las riendas de este negocio y lo han ensalzado para ser uno de los más destacados.
En su interior, los diversos rincones son bien especiales y hay un amplio interior que evoca la época modernista, con grandes pinturas costumbristas en los salones. Mientras que sus paredes también están cubiertas de centenares de fotografías de famosos que han comido o cenado en el restaurante.
Can Culleretes (o cucharas) habla de la historia de Sisco Agut y Sussi Manubens que cogieron el restaurante cuando estaba algo dejado y hacían menús muy baratos y según ella “muy barato y muy bien no puede ser”.
Con el paso de los años, consiguieron que el restaurante volviese a tener fama por aquello que le caracterizaba y que sigue resaltando hoy día “comer bien a buen precio”. por esto el secreto de este local, (uno de ellos) es el de dar ese aire familiar del establecimiento; y, por el otro, el esfuerzo de tres generaciones de Agut-Manubens.
Ya el propio propietario tenía experiencia en esto del oficio. Pues había trabajado durante años en Ca l’Agut de la calle Gignàs, bien cerca de Can Culleres, siendo el restaurante de su tío. Actualmente las dos hermanas son copropietarias del local, donde también trabajan los cinco nietos de Sisco y el marido de Alicia. Así este local ha visto variedad de generaciones de una misma familia y por esto se mantiene en pie, hasta en aquellos momentos más duros.
La cocina del restaurante cuenta con una selección de platos con recetas de cocina tradicional catalana que han ido pasando de generación en generación y que aquí sigue cocinando como les enseñaron sus abuelos.