Sudáfrica legaliza la venta de cuernos para salvar a los rinocerontes

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Rinoceronte en el Parque Nacional de Kruger, Sudáfrica (Foto: GETTY).

La semana pasada, un juez sudafricano levantó la moratoria sobre la venta de cuernos de rinoceronte que existía desde 2009. Las protestas de los defensores de los animales y las organizaciones ecologistas no se han hecho esperar. El fracaso de los mecanismos estatales de protección de especies en peligro en extinción es evidente y, sin embargo, se pretende apostar por endurecer aún más dichos mecanismos.

La caza furtiva se produce, sencillamente, porque existe una fuerte demanda sobre un bien muy escaso: el cuerno de rinoceronte. Concretamente, esa demanda proviene de Vietnam y China, donde se le atribuye propiedades curativas al polvo de cuerno. Al prohibir su venta, los propietarios privados de estos paquidermos no pueden obtener beneficios y carecen de los incentivos necesarios para protegerlos, quedando así los animales a merced de los cazadores.

Antes de la prohibición, tan sólo se cazaban 13 ejemplares al año

A principios de este año, la ministra de Medio Ambiente de Sudáfrica, Edna Molewa, decía: «No olvidemos que la caza furtiva de rinocerontes forma parte del tráfico mundial de fauna salvaje de varios miles de millones de dólares en el mundo entero». Precisamente por eso, si se permite el comercio de cuernos, los propietarios serán los primeros interesados en proteger a los rinocerontes, puesto que es su forma de obtener beneficios.

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La demanda de cuerno de rinoceronte proviene de Vietnam y China, donde se le atribuye propiedades curativas (Foto: GETTY).

Con la legalización de la venta, Sudáfrica, donde vive el 80% de la población mundial de rinocerontes, conseguirá dos cosas. En primer lugar, los encargados de mantener la especie pasarán a ser de nuevo los propietarios, puesto que redunda en su propio interés que los rinocerontes no desaparezcan. Y, en segundo término y por la misma razón, los cazadores furtivos pasarán a ser problema también de los terratenientes privados.

La caza aumentó un 1.400% desde la prohibición

Según datos del Gobierno de Sudáfrica, la caza de rinocerontes pasó de 83 ejemplares en 2008 a 1.215 en 2014. Es decir, desde la prohibición de la venta de cuerno, se ha producido un incremento de más del 1.400% en la caza de estos animales. Además, hay que tener en cuenta que la restricción entró en vigor en 2009, por lo que es normal que la caza se intensificase durante el año anterior.

Más demoledores resultan los registros de los ejercicios previos a la entrada en escena de la ley que restringía la venta de cuernos (desde el año 2007 incluido hacia atrás). Durante ese período, la media de rinocerontes abatidos fue de tan sólo 13 ejemplares por año, alcanzando un máximo de 25 ejemplares cazados en 2003.

Los criadores sudafricanos de rinocerontes habían recurrido a la justicia en septiembre para obtener el derecho de vender legalmente las astas de estos animales, alegando que así se asestaría un golpe a la caza furtiva. Los criadores aseguran que si se legalizara su venta se podrían extraer los cuernos anestesiando el animal y luego volverían a crecer sin problema.

Con las cifras en la mano, resulta evidente que la prohibición no sólo no ha servido para proteger a los rinocerontes, sino que ha estimulado a los cazadores furtivos y la cifra de estos animales abatidos se ha disparado de forma desmesurada. ¿La solución? La única que ha funcionado: propiedad privada sobre los animales y despenalización del comercio, tal y como ha hecho Sudáfrica.

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