Revelaciones de la persona que compró la casa a Bárbara Rey: «Encontró cableados y no eran los de la luz»
Bárbara Rey grababa sus conversaciones con Juan Carlos I
OKDIADIO ha demostrado cómo era la relación del rey emérito con la vedette
Bárbara Rey, según ha contado su hijo Ángel, tenía cámaras y grabadoras en su casa
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El enigma que rodea la relación entre Bárbara Rey y Juan Carlos I continúa desvelando nuevos y sorprendentes detalles, esta vez centrados en un inquietante descubrimiento realizado en una de las propiedades que la vedette poseía en Boadilla del Monte, a las afueras de Madrid. Una casa que, aunque aparentemente era solo un refugio de lujo para la popular actriz y cantante, escondía un secreto que, ahora, sale a la luz.
La casa fue vendida en 2019 por 690.000 euros, una suma considerable que responde a su ubicación en una de las zonas más exclusivas de la capital. Sin embargo, más allá de su precio, lo que ha captado la atención de los medios son las revelaciones del nuevo propietario. Según ha informado Jorge Borrajo en el programa ‘D Corazón’, el comprador se encontró con algo insospechado durante unas obras de reforma: una serie de cables ocultos que no estaban relacionados con el suministro eléctrico.
Este hombre, que había adquirido la casa sin sospechar que escondía algo más que paredes y suelos antiguos, decidió reformar el inmueble para darle un toque más moderno y adaptarlo a su estilo de vida. Pero lo que parecía ser una obra de actualización rutinaria se convirtió rápidamente en un descubrimiento inquietante. Al derribar algunas paredes, los trabajadores encontraron un entramado de cables que no correspondían a la red de electricidad del hogar.
¿Qué había dentro de casa de Bárbara Rey?
El hallazgo fue alarmante. Según las palabras de Jorge Borrajo: «La persona que compró la casa de Bárbara Rey encontró estos cables ocultos que, sin duda, tenían otro propósito y no era proporcionar luz». Este tipo de instalaciones suelen estar asociadas a sistemas de vigilancia o grabación, lo que ha suscitado una ola de especulaciones sobre si la casa de la vedette pudo haber sido objeto de algún tipo de espionaje.
El comprador, que tras las reformas ya no es el dueño actual de la vivienda, ha preferido mantenerse en el anonimato, pero este descubrimiento ha sido suficiente para que los medios y la opinión pública se pregunten quién o qué estaba siendo vigilado dentro de esa propiedad.
No es la primera vez que la casa de Bárbara Rey está en el centro de las sospechas. Durante años, la vedette denunció en repetidas ocasiones que había sido víctima de robos y allanamientos, situaciones que parecían estar vinculadas a material comprometedor que guardaba en su hogar. Fue en este mismo lugar donde Bárbara afirmó haber sido despojada de cintas y documentos que contenían información delicada sobre su relación con Juan Carlos I.
Una vivienda de alto riesgo
Según la denuncia interpuesta por Bárbara, un grupo de personas que se hicieron pasar por periodistas entraron en su domicilio con el pretexto de querer tomar fotos para un supuesto libro sobre su vida. El resultado fue la desaparición de cintas de casete, vídeos y diapositivas que, según la propia vedette, contenían pruebas de sus encuentros privados con el monarca.
Lo más sorprendente de este episodio es que Bárbara Rey no sospechaba que el robo pudiera estar vinculado a su propio entorno cercano. De hecho, en su denuncia original mencionó a su hijo como una víctima más de estos robos, ya que algunos de los documentos desaparecidos pertenecían a él. Sin embargo, con el tiempo, nuevas revelaciones han salido a la luz y han señalado que su hijo Ángel Cristo Jr. podría haber jugado un papel más relevante en la difusión de este material comprometedor, un giro inesperado que pone en entredicho las primeras declaraciones de la artista.
Así era la mansión de Bárbara Rey en Madrid
La casa en cuestión, ubicada en una parcela de 687 metros cuadrados con 474 metros construidos, es una mansión de lujo que parece estar a la altura de las estrellas del espectáculo que la habitaron. Con seis habitaciones, seis baños, jacuzzi, gimnasio, bodega y varias terrazas, la propiedad está diseñada para ofrecer el máximo confort y privacidad. Rodeada de jardines y zonas verdes, es el tipo de lugar ideal para quienes buscan escapar del bullicio de la capital sin renunciar al lujo.
Sin embargo, el lujo de la propiedad contrasta con el oscuro pasado que parece haber albergado. Además de los misteriosos cables encontrados durante las reformas, la casa también ha sido escenario de varios incidentes preocupantes a lo largo de los años. Entre ellos, el robo de material comprometedor que Bárbara Rey siempre ha asociado a sus encuentros con Juan Carlos, aunque nunca ha querido revelar la identidad de la persona a la que hacen referencia estos documentos.
El nuevo propietario de la vivienda, tras realizar las reformas necesarias, decidió venderla nuevamente. Hoy en día, la casa pertenece a una figura pública de alto perfil: el futbolista Julián Álvarez, el nuevo fichaje estrella del Atlético de Madrid. El joven deportista se mudó a la casa hace apenas unos meses, ajeno a los secretos que se esconden tras sus paredes. Desde su llegada, la mansión ha sido nuevamente foco de atención mediática, especialmente tras las recientes revelaciones sobre el hallazgo de los cables sospechosos.