El primo de la víctima de Castro Urdiales asegura que la presunta asesina «no se relacionaba»
El primo de Jesús María, la víctima de Castro Urdiales (Cantabria) cuya cabeza apareció en una caja guardada en casa de una amiga de su mujer, asegura que su primo y su mujer no se llevaban muy bien últimamente.
«Jesús Mari me contaba que no se llevaba bien con Carmen», ha asegurado en una entrevista en Ana Rosa. Él fue quien denunció la desaparición de su primo. «Es una chica muy rara, no se relaciona mucho con nosotros», ha comentado respecto de la mujer de su primo y presunta asesina que ya ha sido detenida y ha pasado a disposición judicial.
Carmen M.G. de 61 años y nacida en Utrera (Sevilla), cuenta con antecedentes por sendas estafas cometidas en 2013 y 2017.
El hallazgo ayer de la cabeza en una caja de Jesús María por parte de una vecina de Castro Urdiales ha causado conmoción en la localidad cuyos vecinos no dan crédito al suceso. Al parecer hace ocho meses Carmen, la mujer de la víctima, dio a una amiga una caja para que se la guardara alegando que como su marido había desaparecido, la Guardia Civil iba a entrar en el domicilio para encontrar alguna pista con la que dar con su paradero y no quería que encontrasen lo que allí había. Carmen alegó entonces que en la caja había objetos sexuales de su marido y la amiga, entendiendo perfectamente el supuesto bochorno por el que podía pasar Carmen, la guardó en la habitación de invitados.
Ocho meses después, la amiga abrió la caja debido al fuerte oler que de ella se desprendía y se encontró con que era la cabeza de su marido.
Jesús María tenía 67 años, estaba jubilado y llevaba siete años viviendo con Carmen. Era una persona afable y tranquila. El 11 de febrero de 2019 fue el último día que le vieron con vida. Su entorno sigue sin poder creerse lo que ha pasado.
La investigación se encuentra bajo secreto de sumario. Se desconoce qué ha pasado con el cuerpo de Jesús María y en qué estado se encontraba la cabeza hallada. Lo que sí ha trascendido es que Carmen ha declarado que tras la desaparición de su marido, la caja con su cabeza apareció un día en el felpudo de su casa y ella, temerosa a posibles represalias, prefirió esconderla y no dar parte a la policía.