La Policía detiene al cuidador de la perra ‘robada’ en Aranjuez: la tenía secuestrada en su casa

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Ni banda de atracadores gitanos ni pistola: la perra ‘Pocahontas’ no fue robada, sino que su adiestrador interpuso una denuncia falsa y la tuvo siete días escondida en su domicilio de Aranjuez.

El ‘caso de la perra secuestrada’ arrancó el pasado día 20 de enero en la localidad madrileña de Aranjuez cuando su entrenador denunció un hecho inusual. Justo dos días antes de que le tocara entregar a la perra de asistencia a una niña de 15 años de Málaga con una  minusvalía física, cuando paseaba con la perra en los alrededores de su domicilio, una banda de ladrones le asaltó.

Según la denuncia del cuidador del can, Alfonso García, cuatro sujetos de etnia gitana se bajaron de una furgoneta blanca Renault Express y le exigieron la cartera a punta de pistola. Dado que el entrenador no tenía dinero, los presuntos secuestradores discutieron entre ellos sobre la conveniencia de llevarse la perra, cosa que finalmente hicieron. El malogrado entrenador llegó incluso a dar una descripción de los presuntos autores del robo, uno con melena negra el otro con la mitad de la cabeza rapada en forma de figuras geómetricas, y adornó su historia ante la policía añadiendo que suponía que eran vecinos de la zona.

El presunto secuestro de una perra destinada a una menor discapacitada levantó una oleada de solidaridad en toda España y la escuela de formación canina que se encargaba de ‘Pocahontas’, la Fundación Bocalán, alertó de su rapto y ofreció 800 euros de recompensa a aquellas personas que informaran sobre su paradero. A la recompensa se llegó a sumar 1.200 euros más que aportaba el escritor invidente Emilio Ortiz como confirmó en las redes sociales.

Y mientras toda España se volcaba en la búsqueda de ‘Pocahontas’ , el animal estaba en realidad secuestrado pero en el domicilio de su entrenador. Allí la encontró ayer lunes la policía deteniendo a su presunto captor. El entrenador se negó a declarar ante los agentes y quedó en libertad acusado de simulación de delito aunque pendiente de que le acusen también de apropiación indebida si su intención era quedarse con la perra. Si finalmente se demuestra que su intención era vender la perra a un tercero podría ser acusado de estafa ya que se cobraba 15.000 euros por el entrenamiento del can.

Alfonso, el entrenador, llegaba a mostrarse compungido ante las cámaras por el falso secuestro del animal, en una actuación digna de premio llegó a llamar idiotas a los presuntos secuestradores recordando que la menor a la que iba destinada la perra llevaba años en lista de espera para acceder al animal.

‘Pocahontas’ ya está a salvo tras entregarla la Policía a la fundación para la que trabajaba el imaginativo entrenador. Llegó a decir «estoy un poco en shock pero yo de ahí salgo, lo importante es la niña que necesita a su perra».

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