La nave europea se estrella con la superficie de Marte y explotó en el impacto
El módulo de aterrizaje Schiaparelli se estrelló el miércoles pasado contra la superficie de Marte a una velocidad superior a los 300 km por hora y probablemente explotó en el impacto, admitió este viernes la Agencia espacial europea (ESA).
Schiaparelli «llegó a una velocidad mucho más rápida de la prevista a la superficie de Marte», dijo a la AFP el responsable del módulo de aterrizaje Thierry Blancquaert, tras analizar una fotografía tomada por la sonda norteamericana MRO que puso fin a una incertidumbre de dos días sobre la suerte del aparato espacial europeo.
Comparada con una fotografía tomada en mayo pasado, la imagen suministrada por esa sonda que orbita en torno al planeta rojo muestra dos elementos nuevos en la superficie.
Uno de los elementos es brillante y la ESA lo asocia con el paracaídas de 12 metros de diámetro usado en la fase final de aterrizaje de Schiaparelli y expulsado por el módulo del tamaño de una piscina hinchable.
El otro elemento es una mancha oscura de unos 15 metros por 40, a cerca de 1 km de distancia del paracaídas, lo cual se interpreta como la marca dejada por el impacto del módulo a una velocidad muy superior a la prevista, luego de que los retrocohetes que supuestamente debían amortiguar su caída se apagasen prematuramente, indicó la ESA.
Se estima que el módulo cayó de una altitud de entre 2 y 4 km a una velocidad superior a 300 km/h. Es posible que el módulo, con sus tanques de combustible aún llenos, haya explotado a raíz del impacto, indicó la ESA.
La misión sigue en marcha
Tras un viaje juntos de siete meses, la sonda TGO y su módulo de aterrizaje de prueba se habían separado el domingo pasado. El módulo Schiaparelli, con una masa de 577 kg en Tierra, se dirigió hacia Marte, mientras que TGO se colocó en órbita alrededor del planeta, maniobra que resultó totalmente exitosa.
La sonda TGO constituye una primera etapa de ExoMars, ambiciosa misión científica ruso-europea en dos fases -2016 y 2020- destinada a buscar indicios de una vida actual y pasada en Marte.
Desde su órbita, el TGO (Trace Gas Orbiter) deberá «olfatear» la atmósfera marciana a la búsqueda de rastros de gases como el metano, que podría indicar la presencia de una forma de vida actual en el planeta.
El director general de la ESA Jan Woerner saludó el éxito de la puesta en órbita y dijo que TGO «está ahora lista para las actividades científicas (en 2018) y para enviar los datos que necesitamos para la misión en 2020», que proyecta aterrizar un vehículo de exploración en el planeta rojo.
Se trata del segundo intento europeo -tras el fracaso en 2003 del Beagle 2 británico- por posar un aparato en Marte, hazaña que hasta el día de hoy sólo Estados Unidos ha logrado con total éxito.
«La función principal de Schiaparelli era poner a prueba la tecnología de aterrizaje europea», explicó Woerner el miércoles pasado. «Registrar los datos durante el descenso era parte de ello, y es importante que podamos saber lo que sucedió y así prepararnos para el futuro».
Los norteamericanos dieron un paso decisivo hacia la conquista de Marte en 1976, cuando las dos sondas Viking 1 y Viking 2 lograron aterrizar con éxito en el planeta rojo.
En 1996, el módulo norteamericano Mars Pathfinder fue el primero en depositar en suelo marciano un pequeño robot móvil de exploración, el Sojourner.