¿Tiene correlación el uso del móvil con el cáncer del encéfalo?: un estudio plantea nuevas dudas
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El uso del teléfono móvil ha vuelto a despertar el interés por saber si realmente afecta a nuestra salud o no. Infinidad de estudios se han puesto en marcha en diversas ocasiones sobre si podemos desarrollar patologías con el uso de estas tecnologías sin llegar a determinar con datos concretos si realmente nos afecta a la salud o no. La conclusión más extendida y sobre la que sí parece que hay acuerdo es por su alta capacidad aditiva, de estrés o de conducta.
Un estudio de la Red Española de Registros de Cáncer no observa correlación entre el uso de los teléfonos móviles y los cánceres del encéfalo y añade que hay una tendencia ascendente de la incidencia de este tipo de tumor en los años 80 del siglo XX, compatible con el periodo de mejoras en las técnicas diagnósticas, que después se estabiliza.
También indica que no se puede descartar la posible existencia de una correlación débil o que se necesite un período de análisis más prolongado para poder establecer una posible correlación.
Esos son algunos de los resultados de este estudio sobre las tendencias de la incidencia de tumores del sistema nervioso central entre 1985 y 2015, con el fin de poder establecer una hipótesis sobre la posible influencia de la mejora de los métodos de diagnóstico y el aumento en el uso de teléfonos móviles, ha detallado este lunes el Gobierno riojano en una nota.
Los resultados de la investigación, en la que ha participado el Registro de Cáncer de La Rioja, muestran que, en hombres adultos, las tasas de incidencia de tumores malignos del encéfalo se mantuvieron estables entre 1985 y 2015.
En el caso de las mujeres, aumentaron alrededor de un 2 % anual hasta 1999 y, posteriormente, se mantuvieron estables hasta 2015.
Los tumores infantiles no presentan una tendencia estadísticamente significativa ni globalmente ni en ninguno de los tipos tumorales estudiados.
Al analizarse los tipos tumorales se observa un incremento de gliomas y tumores embrionarios desde 1985 hasta 1991, «muy probablemente también como consecuencia de las mejoras diagnósticas implementadas en estos años».
Esta investigación recomienda continuar con la monitorización de las tendencias de estos tumores encefálicos para detectar un posible aumento de la incidencia que pudiera hacer sospechar su relación con posibles factores ambientales, con la inclusión, entre ellos, del mayor uso de la telefonía móvil durante las últimas décadas.
Ni a favor ni en contra
Este análisis, ha precisado, no puede tomarse como una demostración ni a favor ni en contra de posibles relaciones causales entre la exposición de la población a campos electromagnéticos de radiofrecuencias y la incidencia de tipos específicos de cáncer.
Sin embargo, ha considerado que sí da una idea de la magnitud de estas enfermedades a lo largo del tiempo y de si cabe sospechar y definir hipótesis sobre un efecto de estos factores según la evolución de su incidencia.
El estudio ha analizado la incidencia de los tumores malignos del encéfalo en un intervalo de tiempo que abarca tres periodos con distintos grados de utilización de teléfonos móviles: un primero en el que prácticamente no se usaba la telefonía móvil, un segundo de despliegue masivo y un tercero de uso masivo.
Ha recordado que, en 2021, Sanidad publicó el Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente, entre cuyas líneas de intervención figura promover la investigación y la difusión de los efectos de la exposición de la población a campos electromagnéticos de radiofrecuencias.
Una de las acciones propuestas es estudiar y analizar las tasas de incidencia de los tumores del sistema nervioso central, especialmente los del encéfalo; y hacer el seguimiento de su evolución en la población española.
¿Qué son los tumores de encéfalo?
Los tumores encefálicos y de la médula espinal son masas de células anormales que han crecido sin control en el encéfalo o la médula espinal.
En la mayoría de las otras partes del cuerpo, es muy importante distinguir entre los tumores benignos (no cancerosos) y los tumores malignos (cancerosos). Los tumores benignos no crecen invadiendo los tejidos adyacentes ni se propagan a áreas distantes, por lo que los tumores benignos en otras partes del cuerpo casi nunca constituyen una amenaza para la vida. Una de las razones principales por la que los tumores malignos son tan peligrosos consiste en que éstos pueden propagarse por todo el cuerpo.
Los tumores de encéfalo rara vez se propagan a otras partes del cuerpo, pero la mayoría de éstos se pueden propagar a través del tejido encefálico. Incluso los llamados tumores benignos del encéfalo pueden, a medida que crecen, presionar y destruir el tejido encefálico normal, lo que puede conducir a daños graves o a veces incluso daño potencialmente mortal. Por esta razón, los médicos generalmente hablan de tumores encefálicos en vez de cánceres del encéfalo. Las características de estos tumores que pueden ser más preocupantes son:
- La rapidez con la que crecen
- La facilidad con que se propagan por el resto del cerebro o la médula espinal
- Dónde se encuentran
- Si se pueden extraer (o destruir) sin que regresen
Sin embargo, tanto los tumores encefálicos y de médula espinal benignos como los malignos pueden poner en peligro la vida.
Los tumores encefálicos y de la médula espinal suelen ser diferentes en los adultos y los niños. A menudo se forman en diferentes áreas, se originan de tipos de células diferentes, y pueden tener pronósticos y tratamientos diferentes.