Salud visual: 6 claves para minimizar los efectos de la alergia ocular en primavera
La rinitis y la conjuntivitis alérgica representan 6 de cada 10 consultas de alergología y la Organización Mundial de la Salud (OMS)


Fact checked
Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.
Con la llegada de la primavera, las alergias estacionales empiezan a afectar a personas de todo el mundo. En España, aproximadamente un 15% de la población general y hasta un 30% de los jóvenes padecen polinosis (reacción alérgica frente a los pólenes), de acuerdo con la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Además de los síntomas respiratorios, la alergia también afecta a la salud ocular, provocando picor, enrojecimiento, lagrimeo y sensación de arenilla en los ojos.
Los datos reflejan una tendencia en alza. La rinitis y la conjuntivitis alérgica representan 6 de cada 10 consultas de alergología y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para 2050 la mitad de la población podría sufrir algún tipo de alergia. Factores como el cambio climático y la contaminación están contribuyendo a este incremento, alargando los periodos de polinización y el efecto irritante que este tiene en los ojos.
En este contexto, José Alberto Muiños, Director médico en Miranza Clínica Muiños, de Miranza -grupo líder en oftalmología con cerca de 40 centros en España- ha elaborado una guía de 6 consejos que ayudan a reducir los efectos de la alergia ocular en esta época del año.
Limitar la exposición en los momentos de mayor concentración de polen. Es recomendable consultar diariamente los niveles de polinización a través de fuentes oficiales y evitar, en la medida de lo posible, realizar actividades al aire libre en los momentos de mayor concentración, que suelen darse a primera hora de la mañana y al atardecer. Dentro de casa y en el coche, mantener las ventanas cerradas y utilizar filtros antipolen en los sistemas de ventilación contribuye a reducir la exposición y aliviar los síntomas. Además, ventilar durante las horas de menor concentración de polen y limpiar las superficies con un paño húmedo disminuye la acumulación de partículas alérgicas.
Evitar frotarse los ojos: aunque el picor puede ser intenso, frotarse los ojos puede empeorar la inflamación y aumentar el riesgo de infecciones. En su lugar, es recomendable utilizar lágrima artificial sin conservantes, que ayuda a limpiar los alérgenos y aliviar la sequedad ocular.
Usar gafas de sol para crear una barrera protectora: las gafas de sol están diseñadas para proteger los ojos de la radiación UV, pero también pueden ayudar a reducir el contacto del polen con la superficie ocular, minimizando la irritación. Optar por modelos envolventes proporciona una protección más completa.
Mantener una higiene ocular correcta: una higiene incorrecta de la cara y los párpados puede favorecer que los alérgenos se acumulen en los párpados y las pestañas y, por tanto, empeorar la conjuntivitis alérgica. Además, también puede aumentar el riesgo de infecciones en la zona, como la blefaritis (inflamación de los párpados), intensificando las molestias.
Evitar el uso de lentes de contacto: en caso de utilizar lentes de contacto, es aconsejable reducir su uso y optar por lentillas diarias desechables, así como extremar la higiene para evitar la acumulación de alérgenos. Cuando empiezan los primeros síntomas de la alergia ocular, conviene evitar llevar las lentes de contacto en la medida de lo posible, ya que son un elemento irritante y pueden intensificar la sequedad ocular y otras molestias asociadas.
Consultar a un especialista: se recomienda acudir a un especialista para un diagnóstico y tratamiento personalizados. Existen colirios antihistamínicos y antiinflamatorios, pero contar con la evaluación de un oftalmólogo es indispensable para determinar la mejor opción terapéutica y prevenir complicaciones futuras.
«Hay muchas formas de reducir los síntomas de la alergia ocular, pero es importante que no se entienda exclusivamente como una molestia estacional, ya que, si no se trata de la manera adecuada, puede derivar en inflamación crónica, infecciones secundarias o complicaciones que afectan la salud visual, como una queratitis (lesión de la córnea). Además, muchas personas minimizan sus síntomas sin saber si se trata de una conjuntivitis alérgica o bacteriana, cuyos tratamientos y medidas preventivas son diferentes. Por eso, es siempre preferible realizarse una revisión oftalmológica que permita asegurar la salud ocular», concluye José Alberto Muiños, Director médico en Miranza Clínica Muiños.