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Entre pastillas y prevención: cómo ayudar a los mayores a convivir mejor con la polimedicación

Los datos muestran que a partir de los 65 años hay ya un aumento significativo en el número de medicamentos que toman los mayores

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Una mujer mayor pregunta sobre su medicación.
Diego Buenosvinos

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La polimedicación, entendida como el uso simultáneo de varios fármacos (habitualmente cinco o más), es un fenómeno creciente entre la población mayor. A medida que las personas envejecen, no sólo aumenta la prevalencia de enfermedades crónicas, sino también las recetas médicas, lo que puede acarrear riesgos significativos si no se gestiona adecuadamente. Este reportaje examina cuántos mayores la padecen ya, por qué sucede, qué problemas supone, y cómo se puede ayudar a superar esta situación.

En un estudio de Estados Unidos (NHANES) entre 1998-2018, la mediana de medicamentos que tomaban los adultos de 65 años o más pasó de 2 a 4 medicamentos diarios. El porcentaje de personas de ≥65 años que tomaban 5 o más medicamentos se triplicó, de 12,8 % a 39,0 %.

En Suecia, en un estudio de casi 1,7 millones de mayores, la prevalencia de polimedicación (≥5 fármacos) fue del 44,0 %, y de hiperpolimedicación (≥10 fármacos) del 11,7 %. Además, entre quienes no tenían polimedicación al inicio, cada año entre 16,8 % (65-74 años) y 33,2 % (≥95 años) comenzaban a tenerla.

En pacientes con multimorbilidad (varias enfermedades crónicas) de 65 años o más, el grupo de edad 65-79 tenía una mediana de 4 medicamentos (intervalo intercuartílico, IQR: 3-7), mientras que los de 80-94 años tenían una mediana de 6 medicamentos (IQR: 4-8). En ese contexto, aproximadamente el 45,9 % de los del primer grupo y 61,8 % del segundo tenían 5 o más fármacos prescritos.

En un estudio en Italia, en mayores de 65 años, el número medio de medicamentos creció hasta alrededor de 7,4 en los grupos de edad 80-84, aunque luego descendía en edades muy avanzadas (≥95) probablemente por diferentes factores.

Estos datos muestran que a partir de los 65 años hay ya un aumento significativo en el número de medicamentos que toman los mayores, y ese incremento es aún más marcado con el envejecimiento hacia los 80-90 años.

Riesgos y consecuencias

La polimedicación conlleva varios riesgos para la salud física, mental, calidad de vida, y para el sistema sanitario. Algunos de ellos:

  • Interacciones medicamentosas: con más fármacos, más probabilidad de que uno interfiera con otro, reduciendo eficacia o generando efectos adversos.
  • Efectos adversos / reacciones adversas: náuseas, mareos, confusión, caídas, problemas renales o hepáticos, etc.
  • Sobrecarga para el paciente: dificultad para recordar dosis, horarios, manejo de envases, costes económicos.
  • Mala adherencia: por complejidad, efectos secundarios, falta de comprensión, puede llevar a que no se tomen los medicamentos como corresponde.
  • Uso de medicamentos inadecuados: fármacos que no aportan beneficio, duplicidades, prescripciones que no se revisan.
  • Coste económico y logístico: para el sistema sanitario, para el paciente, para cuidadores.

¿Por qué sucede?: causas

Varias razones explican que la polimedicación sea tan prevalente:

  1. Aumento de enfermedades crónicas con la edad: hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos articulares, demencia, etc.
  2. Fragmentación de la atención médica: diferentes especialistas, cada uno prescribiendo sin necesariamente revisar todos los medicamentos del paciente.
  3. Protocolos de tratamiento: guías clínicas que recomiendan tratamientos múltiples, combinaciones, prevención secundaria que implican varios fármacos.
  4. Prescripción preventiva: uso de medicamentos para prevenir complicaciones, lo cual puede llevar a añadir más fármacos.
  5. Falta de revisiones regulares del tratamiento: pocos chequeos para ver qué puede retirarse, sustituirse, simplificarse.
  6. Factores del paciente: comorbilidades, polipatología, función renal o hepática reducida, cambios farmacocinéticos y farmacodinámicos propios de la edad, dificultades cognitivas, etc.

¿Cómo ayudar a los mayores a manejarlo?

Éstas son algunas estrategias efectivas, tanto para profesionales sanitarios como para mayores y sus cuidadores:

  • Revisión periódica de la medicación medication review
  • Que profesionales de atención primaria, farmacéuticos, geriatras revisen todos los fármacos que toma el paciente, incluyendo medicamentos prescritos, suplementos, remedios “naturales”.
  • Evaluar si cada medicamento sigue siendo necesario, si hay duplicados, si los beneficios superan los riesgos.
  • Deprescripción cuando sea posible

Quitar los medicamentos que ya no aportan, que causan efectos adversos, o cuyos riesgos superan los beneficios.

  • Usar guías para deprescribir de forma segura.
  • Simplificación del régimen
  • Reducir la frecuencia de toma si es posible (por ejemplo, una vez al día en lugar de varias veces).
  • Agrupar medicamentos en tomas conjuntas.
  • Uso de formatos que faciliten: pastilleros, dosificadores, recordatorios, apps.
  • Educación al paciente y al cuidador
  • Explicar para qué es cada medicamento, cómo tomarlo, efectos secundarios, qué hacer si olvida una dosis.

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