Los niños también pueden tener problemas de suelo pélvico
Hay diversas patologías relacionadas con la continencia que pueden parecer los niños y este tipo de alteraciones les condicionan su día a día
Incontinencia urinaria: en qué edad es más frecuente y cómo prevenirla
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Cuando se habla de las disfunciones o problemas del suelo pélvico asociados a trastornos relacionados con la micción o la incontinencia, se piensa en el embarazo, el postparto, la cirugía de próstata o la menopausia pero casi nunca se asocia a los niños. Sin embargo, los trastornos miccionales son motivo frecuente de consulta en la población pediátrica, tal y como explican desde la Asociación Española de Pediatría (AEPED).
Hay diversas patologías relacionadas con la continencia que pueden parecer los niños y este tipo de alteraciones les condicionan su día a día. Es el caso de los afectados por la disinergia vesicoesfinteria, que se traduce en dificultad para iniciar la micción o vaciar la vejiga, tal y como explica a OKSALUD la fisioterapeuta especialista en Uroginecología de Onelife Center, Melanie Fernández Lago.
La disinergia vesicoesfinteria, que se traduce en dificultad para iniciar la micción o vaciar la vejiga es un trastorno urinario debido a una alteración en el mecanismo de vaciado, en el que, cuando se contrae el detrusor (el músculo de la vejiga) el esfínter uretral externo (voluntario) o el esfínter uretral interno (involuntario) no se relajan. «Es común en niños que tienen una patología neurológica de base (lesión medular, espina bífida, parálisis cerebral), pero también, en aquellos que asocian una vejiga no neurogénica debido a conductas aprendidas (como puede ser, aguantar las ganas de ir al baño para evitar parar el juego)» explica la experta de Onelife Center.
Los principales síntomas, en función de la causa de la disfunción, pueden ser retraso o dificultad para iniciar la micción, chorro intermitente, aumento del residuo miccional por un vaciado incompleto de la vejiga (lo que aumenta el riesgo de infecciones), incontinencia urinaria, enuresis nocturna (micción involuntaria durante la noche), estreñimiento, encopresis (incontinencia fecal) y alteraciones emocionales.
Tratamiento
Es fundamental, nos cuenta Melanie Fernández Lago, «la valoración por parte del servicio de urología y pediatría, para realizar las pruebas complementarias pertinentes (estudios urodinámicos)». Una de las maneras de abordarlo es la fisioterapia de suelo pélvico que, según la experta, «se realiza de una manera siempre respetuosa, sin realizar abordajes invasivos y fomentando el juego para que el niño se implique en el tratamiento”.
Las técnicas más utilizadas según la experta son:
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- Terapia manual: para normalizar los tejidos abdominopélvicos.
- Reeducación de la musculatura abdominal y pélvica: mediante el ejercicio terapéutico a través del juego y el uso de biofeedback (mediante electromiografía o la ecografía funcional) que monitorice ese entrenamiento muscular.
- La electroterapia: que mejora la respuesta muscular o la neuromodulación del tibial posterior mediante electrodos de superficie y el funcionamiento de la vejiga.
- Pautas comportamentales: son eficaces para mejorar los hábitos miccionales y defecatorios del niño. Además, es muy importante, que, desde la psicología, se aborde el aspecto emocional en el niño, ya que a menudo existe una implicación muy grande en la disfunción.