Jaime Rodríguez de Santiago: «Reescribimos nuestros recuerdos en base a nuestro estado anímico actual»

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Vemos, sentimos y recordamos condicionados por el yugo de prejuicios, sesgos e ideas preconcebidas; incluso nuestra nacionalidad puede cambiar nuestro prisma. Ser conscientes y desafiarlos es un reto para el que no siempre estamos preparados ni dispuestos.
El médico, estadístico y divulgador sueco Hans Rosling fue un maestro concienciando de ello. Lo hacía con estadísticas y gráficos interactivos que evidenciaban lo poco evidente de la forma más didáctica posible. Jaime Rodríguez de Santiago, creador del podcast Kaizen, hace algo similar con su interesante libro La realidad no existe.
En él nos recuerda que nunca vamos a abarcar la realidad del mundo, pero dibuja la esperanza con el hecho de que podemos mejorarla. Lo cierto es que vivimos en un mundo de materia y energía, y nuestra experiencia y percepción de la realidad es muy sesgada. Todo depende de nuestro cerebro que es quien lo percibe y procesa. Tenemos muchos ejemplos.
Las ondas electromagnéticas los humanos las experimentamos como imágenes y colores; los compuestos químicos disueltos en agua o en el aire, como gustos y olores. El oído humano percibe sólo algunos sonidos, los que tienen frecuencias de entre 20 Hz a 20 kHz . Todos los sonidos por debajo de 20 Hz (infrasonidos) pasan desapercibidos para los humanos; sin embargo, algunos animales como el perro, la rata, el topo o el elefante, los escuchan.
Además, nuestro cerebro pone cosas de su propia cosecha y, de manera regular, nos engañarnos a nosotros mismos, saltándose el primer principio de la ciencia de no engañarte a uno mismo, tan idoneamente recalcado por el Nobel de Física Freynman. Y es que nosotros mismos somos las personas más fáciles de engañarnos.